/ lunes 9 de agosto de 2021

Violencia infantil

La violencia es una conducta que se manifiesta en toda la estructura social y de manera indistinta en cualquier etapa de nuestro desarrollo evolutivo, no sólo en el adulto, lamentablemente también en la niñez.

¿La violencia es propia o exclusiva de las zonas poblacionales más pobres? El sentido común así lo afirma, sin embargo, a la luz de las ciencias sociales podemos argumentar que la conducta violenta no respeta clases sociales o económicas para manifestarse. Es impreciso afirmar que la agresión y/o violencia son propias de ciertas colonias, barrios o comunidades. La conducta violenta al no respetar clase social para expresarse, nos obliga a cuestionar los factores que la desencadenan. Es preciso puntualizar que la conducta Violenta es pues un factor multifactorial.

Nuestra niñez, no escapa a ser presa frágil de la violencia, su labilidad emocional, lo hace campo fecundo para su incorporación, lo cual trasciende a la escuela y al aula. El maestro, enfrenta situaciones complejas, en donde la violencia infantil, le plantea serios retos pedagógicos para abordar éste fenómeno de manera diligente y asertiva.

Es en el amplio contexto social y familiar en que se desarrolla el niño, en el que se dimensiona la intervención educativa del maestro, la cual no se reduce como generalmente suele ocurrir al trabajo áulico. Identificar la conducta violenta en el niño, no es suficiente, como tampoco se justifica el empleo de recursos disciplinarios represivos al escolar para atender su compleja manifestación.

Pensar que es la escuela o los amigos del niño, son los responsables de su conducta violenta, es un planteamiento impreciso y carente de valor científico. La tesis que deseo precisar, está relacionada con la importancia de la crianza Infantil, como un proceso sustantivo que es necesario retomar como parte de las tareas relevantes y trascendentes de los padres de familia, funciones que se han omitido de manera parcial o total.

Es el abandono afectivo que experimenta el niño por parte de sus padres, la condición primaria que alimenta la gestación de la violencia infantil.

Por ello planteo la importancia de mejorar la CRIANZA del niño, como la urgente tarea por atender tanto los padres de familia, como la sociedad en su conjunto esta cruel manifestación de carencia afectiva.

Titular de la Oficina de Enlace de la Secretaría de Educación Pública en el Estado de Gto.

fcozavalaramirez@gmail.com

La violencia es una conducta que se manifiesta en toda la estructura social y de manera indistinta en cualquier etapa de nuestro desarrollo evolutivo, no sólo en el adulto, lamentablemente también en la niñez.

¿La violencia es propia o exclusiva de las zonas poblacionales más pobres? El sentido común así lo afirma, sin embargo, a la luz de las ciencias sociales podemos argumentar que la conducta violenta no respeta clases sociales o económicas para manifestarse. Es impreciso afirmar que la agresión y/o violencia son propias de ciertas colonias, barrios o comunidades. La conducta violenta al no respetar clase social para expresarse, nos obliga a cuestionar los factores que la desencadenan. Es preciso puntualizar que la conducta Violenta es pues un factor multifactorial.

Nuestra niñez, no escapa a ser presa frágil de la violencia, su labilidad emocional, lo hace campo fecundo para su incorporación, lo cual trasciende a la escuela y al aula. El maestro, enfrenta situaciones complejas, en donde la violencia infantil, le plantea serios retos pedagógicos para abordar éste fenómeno de manera diligente y asertiva.

Es en el amplio contexto social y familiar en que se desarrolla el niño, en el que se dimensiona la intervención educativa del maestro, la cual no se reduce como generalmente suele ocurrir al trabajo áulico. Identificar la conducta violenta en el niño, no es suficiente, como tampoco se justifica el empleo de recursos disciplinarios represivos al escolar para atender su compleja manifestación.

Pensar que es la escuela o los amigos del niño, son los responsables de su conducta violenta, es un planteamiento impreciso y carente de valor científico. La tesis que deseo precisar, está relacionada con la importancia de la crianza Infantil, como un proceso sustantivo que es necesario retomar como parte de las tareas relevantes y trascendentes de los padres de familia, funciones que se han omitido de manera parcial o total.

Es el abandono afectivo que experimenta el niño por parte de sus padres, la condición primaria que alimenta la gestación de la violencia infantil.

Por ello planteo la importancia de mejorar la CRIANZA del niño, como la urgente tarea por atender tanto los padres de familia, como la sociedad en su conjunto esta cruel manifestación de carencia afectiva.

Titular de la Oficina de Enlace de la Secretaría de Educación Pública en el Estado de Gto.

fcozavalaramirez@gmail.com