/ lunes 20 de noviembre de 2023

La función docente ¿labor solitaria?

La compleja dinámica social y familiar representan ámbitos de estudio de las condiciones que facilitan o inhiben el desarrollo del niño y adolescente. La Educación es un proceso que no se aborda sólo en el aula bajo la dirección del maestro, toda vez que es un fenómeno que recibe la influencia de factores externos a la escuela misma.

Desde una perspectiva de análisis hay teóricos que afirman que la escuela es una célula en la que se proyecta la sociedad de la cual es producto. La función pedagógica del maestro habrá de considerar variables sociales, económicas, políticas, entre otras, que inciden en su práctica profesional. La Educación, por lo tanto, es un fenómeno social al que aplica un método de estudio particular, específico que no responde al método fáctico, propio de las ciencias naturales.

A diferencia de las ciencias naturales, la Educación, al ser concebida como un fenómeno social, la caracterizan variables que no se pueden controlar o medir cuantitativamente como ocurre con las ciencias naturales, física, química por ejemplo. Acceder a esta definición nos permite comprender entre otros considerandos que el educador no puede realizar su tarea de manera aislada y solitaria, escenario que es lamentable observar de manera recurrente. La profesión docente además de caracterizarla una formación académica propia, especializada, requiere la inclusión de otros profesionales tales como pedagogos, psicólogos, trabajadores sociales, médicos, entre otros, lo cual permita realizar un trabajo de intervención, de dirección del proceso educativo de manera interdisciplinaria, cultura aún incipiente.

El planteamiento referido, es congruente con la acepción que contempla la participación de diversas disciplinas científicas en la Educación y que en consecuencia, el proceso educativo exige para su estudio y práctica de un equipo interdisciplinario que permita transitar de un modelo educativo centrado en el maestro, a un modelo colegiado, abordado desde diversos saberes de las ciencias de la educación.

Destaco la incorporación en el proceso educativo de profesionales que de manera sustantiva, visible y no adjetiva o secundaria se suman al proceso formativo: Psicólogos quienes realizan funciones como Orientadores Educativos, labor trascendente que estimula el desarrollo humano de la población escolar. Al respecto, C. Rogers señala que la Educación ha de estar centrada en potenciar las facultades humanas, en la formación del Ser, cometido que los profesionales de la salud mental abrazan con profunda vocación.

La expresión manifiesta por la salud mental de los educandos es observable en el diseño de los nuevos planes de estudio de Educación básica y media superior presentados por la SEP, en donde se aprecian contenidos referidos como vida saludable y Educación socioemocional. En este contexto, Rogers precisa que el "el hombre que se educa es aquel que aprende a aprender" y cuyo propósito inherente es ir en búsqueda del conocimiento de sí mismo, concluyendo que "la verdadera felicidad está en aceptarse a uno mismo y estar en contacto con nuestra vida interior".

Recuperar el humanismo en la Educación es una aspiración superior, representa el fin ético que posibilita la humanización del hombre.

Celebro la realización del primer Congreso Nacional de Orientadores Educativos en el subsistema de CONALEP ya que atender la formación de los profesionales de la salud mental en el ámbito educativo, genera esperanza en favor del nacimiento de un nuevo hombre y de una nueva sociedad.

Ante la creciente incidencia de violencia, embarazos adolescentes y conducta adictiva, el acompañamiento afectivo profesional a nuestros educandos por parte de los orientadores educativos es motivo de gratitud y reconocimiento a su fecunda labor. Destaco en el evento convocado por las autoridades educativas de CONALEP la valiosa contribución de la CNDH, la Fundación de Apoyo a la Juventud, así como de los CIJ cuya titular la Dra. Ma. del Carmen Fernández al sustentar la conferencia: “La función del Orientador Educativo en la prevención de la conducta adictiva” ofreció luz tanto en la etiología así como en el abordaje profesional a un problema de salud pública.

Mi beneplácito para la Secretaria de Educación Pública Mtra. Leticia Ramírez Amaya, así como a la Subsecretaria de Educación Media Superior Mtra.

Nora Ruvalcaba Gámez por atender con particular énfasis la formación armónica e integral del educando en el currículo oficial, plasmados en el eje 4 de las políticas públicas de citada dependencia: Cultura de paz.

zavalafranciscoramirez@gmail.com

La compleja dinámica social y familiar representan ámbitos de estudio de las condiciones que facilitan o inhiben el desarrollo del niño y adolescente. La Educación es un proceso que no se aborda sólo en el aula bajo la dirección del maestro, toda vez que es un fenómeno que recibe la influencia de factores externos a la escuela misma.

Desde una perspectiva de análisis hay teóricos que afirman que la escuela es una célula en la que se proyecta la sociedad de la cual es producto. La función pedagógica del maestro habrá de considerar variables sociales, económicas, políticas, entre otras, que inciden en su práctica profesional. La Educación, por lo tanto, es un fenómeno social al que aplica un método de estudio particular, específico que no responde al método fáctico, propio de las ciencias naturales.

A diferencia de las ciencias naturales, la Educación, al ser concebida como un fenómeno social, la caracterizan variables que no se pueden controlar o medir cuantitativamente como ocurre con las ciencias naturales, física, química por ejemplo. Acceder a esta definición nos permite comprender entre otros considerandos que el educador no puede realizar su tarea de manera aislada y solitaria, escenario que es lamentable observar de manera recurrente. La profesión docente además de caracterizarla una formación académica propia, especializada, requiere la inclusión de otros profesionales tales como pedagogos, psicólogos, trabajadores sociales, médicos, entre otros, lo cual permita realizar un trabajo de intervención, de dirección del proceso educativo de manera interdisciplinaria, cultura aún incipiente.

El planteamiento referido, es congruente con la acepción que contempla la participación de diversas disciplinas científicas en la Educación y que en consecuencia, el proceso educativo exige para su estudio y práctica de un equipo interdisciplinario que permita transitar de un modelo educativo centrado en el maestro, a un modelo colegiado, abordado desde diversos saberes de las ciencias de la educación.

Destaco la incorporación en el proceso educativo de profesionales que de manera sustantiva, visible y no adjetiva o secundaria se suman al proceso formativo: Psicólogos quienes realizan funciones como Orientadores Educativos, labor trascendente que estimula el desarrollo humano de la población escolar. Al respecto, C. Rogers señala que la Educación ha de estar centrada en potenciar las facultades humanas, en la formación del Ser, cometido que los profesionales de la salud mental abrazan con profunda vocación.

La expresión manifiesta por la salud mental de los educandos es observable en el diseño de los nuevos planes de estudio de Educación básica y media superior presentados por la SEP, en donde se aprecian contenidos referidos como vida saludable y Educación socioemocional. En este contexto, Rogers precisa que el "el hombre que se educa es aquel que aprende a aprender" y cuyo propósito inherente es ir en búsqueda del conocimiento de sí mismo, concluyendo que "la verdadera felicidad está en aceptarse a uno mismo y estar en contacto con nuestra vida interior".

Recuperar el humanismo en la Educación es una aspiración superior, representa el fin ético que posibilita la humanización del hombre.

Celebro la realización del primer Congreso Nacional de Orientadores Educativos en el subsistema de CONALEP ya que atender la formación de los profesionales de la salud mental en el ámbito educativo, genera esperanza en favor del nacimiento de un nuevo hombre y de una nueva sociedad.

Ante la creciente incidencia de violencia, embarazos adolescentes y conducta adictiva, el acompañamiento afectivo profesional a nuestros educandos por parte de los orientadores educativos es motivo de gratitud y reconocimiento a su fecunda labor. Destaco en el evento convocado por las autoridades educativas de CONALEP la valiosa contribución de la CNDH, la Fundación de Apoyo a la Juventud, así como de los CIJ cuya titular la Dra. Ma. del Carmen Fernández al sustentar la conferencia: “La función del Orientador Educativo en la prevención de la conducta adictiva” ofreció luz tanto en la etiología así como en el abordaje profesional a un problema de salud pública.

Mi beneplácito para la Secretaria de Educación Pública Mtra. Leticia Ramírez Amaya, así como a la Subsecretaria de Educación Media Superior Mtra.

Nora Ruvalcaba Gámez por atender con particular énfasis la formación armónica e integral del educando en el currículo oficial, plasmados en el eje 4 de las políticas públicas de citada dependencia: Cultura de paz.

zavalafranciscoramirez@gmail.com