/ domingo 17 de diciembre de 2023

Pobreza afectiva

Superar la narrativa de lo emocional para focalizar la atención en la estructuración de la vida afectiva.

La sociedad proyecta en sus interacciones cotidianas, los modos u orientaciones que hemos concedido a la formación del carácter. Ilusorio explicar la conducta humana a partir de fuerzas internas al individuo, sin atender la influencia de factores externos, sociales que inciden en la formación de la personalidad. En un contexto más amplio de estudio de la conducta humana, es motivo de indagación el explicar pautas de comportamiento que dificultan la convivencia y desarrollo humano, identificando un primer rasgo que se observa con una elevada incidencia, la intolerancia entre unos y otros, distintivo que no significa menospreciar la capacidad intelectual, el problema de la intolerancia, no hace referencia a un problema de tipo cognitivo, la investigación refiere con profundo análisis, el descuido, desatención que como sociedad hemos generado en relación a la educación emocional y afectiva en la temprana edad.

La estructura social y educativa han ocupado muchos esfuerzos en el cultivo de la inteligencia cognitiva, lo cual es meritorio, más no suficiente en relación con la aspiración superior por educar armónica e integralmente al individuo, carencia que confirma la pobreza emocional que hemos favorecido con las derivaciones que dificultan el entendimiento, el diálogo, convivencia y paz social que hoy padecemos.

La intolerancia representa un vacío formativo en la composición de nuestra vida afectiva, proceso que va más allá de lo emocional.

La narrativa pedagógica en boga el día de hoy gira en torno a conceder importancia a la Educación emocional, cuestión importante, empero, considera que la dimensión por intervenir va más allá de lo emocional, de ahí mi énfasis por educar la estructura afectivo/volitiva, cuya complejidad es superior a lo emotivo. Superar la narrativa de lo emocional para focalizar la atención en la estructuración de la vida afectiva, exige planteamientos que nos convocan a sistematizar la intervención psicopedagógica en principios y aportaciones científicas que fundamentan de fondo y no de forma las teorías de la personalidad, es decir, procurar una intervención que atienda no el síntoma, sino las causas de la enfermedad.

El fenómeno por estudiar y atender no es menor, implica construir un modelo de Intervención desde diversos espacios formativos: familia, políticas públicas, medios de comunicación, escuelas, salud, entre otros. Es importante reconocer la influencia formativa del núcleo familiar, el cual resulta insustituible en su contribución en la formación del carácter y personalidad, célula que representa el espacio educativo más fecundo por excelencia. Complementario a la Educación temprana que ofrece la familia es la influencia de la dinámica social, cuya aportación centrada en estimular y reconocer la cultura del prestigio fundado en la mercadotecnia de la imagen y el poder, no contribuye a la integración de vida afectiva de la persona orientada al bienestar y salud mental.

En el sector educativo, es importante recuperar en la formación inicial y continua del magisterio una sólida actualización, capacitación en desarrollo humano, sin duda, es la infraestructura en que descansa su práctica pedagógica. Ello no implica omitir la formación didáctica, metodológica, relevantes en su praxis, la propuesta referida es fortalecer su desarrollo humano como persona y como profesional, a las que mínimamente se les ha considerado, privilegiando procesos de carácter administrativo.

La SEP, por conducto de su titular, la Maestra Leticia Ramírez Amaya, ha definido en el nuevo plan de estudios, contenidos curriculares vinculados a una vida saludable, de igual manera, en Educación media superior, en el nuevo marco curricular común, ya se contemplan procesos que atiendan el desarrollo integral del estudiante, sin duda, un buen comienzo, el cual habrá de ser sostenido y acompañado de políticas públicas estructurales en beneficio de la salud mental de la población.

Comparto mi correo para continuar orientando a los interesados en temas relacionados a la salud emocional zavalafranciscoramirez@gmail.com

Superar la narrativa de lo emocional para focalizar la atención en la estructuración de la vida afectiva.

La sociedad proyecta en sus interacciones cotidianas, los modos u orientaciones que hemos concedido a la formación del carácter. Ilusorio explicar la conducta humana a partir de fuerzas internas al individuo, sin atender la influencia de factores externos, sociales que inciden en la formación de la personalidad. En un contexto más amplio de estudio de la conducta humana, es motivo de indagación el explicar pautas de comportamiento que dificultan la convivencia y desarrollo humano, identificando un primer rasgo que se observa con una elevada incidencia, la intolerancia entre unos y otros, distintivo que no significa menospreciar la capacidad intelectual, el problema de la intolerancia, no hace referencia a un problema de tipo cognitivo, la investigación refiere con profundo análisis, el descuido, desatención que como sociedad hemos generado en relación a la educación emocional y afectiva en la temprana edad.

La estructura social y educativa han ocupado muchos esfuerzos en el cultivo de la inteligencia cognitiva, lo cual es meritorio, más no suficiente en relación con la aspiración superior por educar armónica e integralmente al individuo, carencia que confirma la pobreza emocional que hemos favorecido con las derivaciones que dificultan el entendimiento, el diálogo, convivencia y paz social que hoy padecemos.

La intolerancia representa un vacío formativo en la composición de nuestra vida afectiva, proceso que va más allá de lo emocional.

La narrativa pedagógica en boga el día de hoy gira en torno a conceder importancia a la Educación emocional, cuestión importante, empero, considera que la dimensión por intervenir va más allá de lo emocional, de ahí mi énfasis por educar la estructura afectivo/volitiva, cuya complejidad es superior a lo emotivo. Superar la narrativa de lo emocional para focalizar la atención en la estructuración de la vida afectiva, exige planteamientos que nos convocan a sistematizar la intervención psicopedagógica en principios y aportaciones científicas que fundamentan de fondo y no de forma las teorías de la personalidad, es decir, procurar una intervención que atienda no el síntoma, sino las causas de la enfermedad.

El fenómeno por estudiar y atender no es menor, implica construir un modelo de Intervención desde diversos espacios formativos: familia, políticas públicas, medios de comunicación, escuelas, salud, entre otros. Es importante reconocer la influencia formativa del núcleo familiar, el cual resulta insustituible en su contribución en la formación del carácter y personalidad, célula que representa el espacio educativo más fecundo por excelencia. Complementario a la Educación temprana que ofrece la familia es la influencia de la dinámica social, cuya aportación centrada en estimular y reconocer la cultura del prestigio fundado en la mercadotecnia de la imagen y el poder, no contribuye a la integración de vida afectiva de la persona orientada al bienestar y salud mental.

En el sector educativo, es importante recuperar en la formación inicial y continua del magisterio una sólida actualización, capacitación en desarrollo humano, sin duda, es la infraestructura en que descansa su práctica pedagógica. Ello no implica omitir la formación didáctica, metodológica, relevantes en su praxis, la propuesta referida es fortalecer su desarrollo humano como persona y como profesional, a las que mínimamente se les ha considerado, privilegiando procesos de carácter administrativo.

La SEP, por conducto de su titular, la Maestra Leticia Ramírez Amaya, ha definido en el nuevo plan de estudios, contenidos curriculares vinculados a una vida saludable, de igual manera, en Educación media superior, en el nuevo marco curricular común, ya se contemplan procesos que atiendan el desarrollo integral del estudiante, sin duda, un buen comienzo, el cual habrá de ser sostenido y acompañado de políticas públicas estructurales en beneficio de la salud mental de la población.

Comparto mi correo para continuar orientando a los interesados en temas relacionados a la salud emocional zavalafranciscoramirez@gmail.com