/ sábado 19 de agosto de 2023

Tech trends | No contribuyas al terror

El consumo de videos en México es gigante, pues se calcula que los mexicanos pasamos más de 10 horas al mes viendo videos en nuestros smartphones, ya sea en redes sociales o directamente desde el mensaje de un amigo que nos compartió algo interesante o divertido. En los últimos días, México ha sido sacudido por un espeluznante video que muestra a cinco jóvenes secuestrados en Jalisco, en el que uno de ellos, bajo la dirección de un sicario, mata a los otros cuatro. Este video, brutal y desgarrador, ha circulado ampliamente en internet y ha suscitado el debate sobre si es ético y responsable consumir y compartir ese tipo de contenido en las redes sociales, cuando es mi libertad poder hacerlo.

La tecnología nos ha brindado la posibilidad de acceder a un sinfín de contenidos y de compartirlos con un simple clic. Pero, con ese poder en nuestras manos, viene una responsabilidad aún mayor. No podemos olvidar que, al consumir y difundir contenido violento, estamos indirectamente apoyando a los delincuentes que lo crearon, y contribuimos a la difusión del terror y el miedo que buscan generar.

Es preocupante ver cómo, en nuestra sociedad, se ha normalizado la violencia, el terror y el consumo de contenidos violentos en internet. Estos videos, fotos y noticias a menudo circulan en redes sociales como si fueran entretenimiento, cuando en realidad son escenas de horror que desgarran familias y afectan a la sociedad entera. Es evidente que estamos viviendo en una era de sobreexposición a la violencia en línea, y debemos cuestionar y reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones en Internet.

Compartir estos contenidos violentos seguramente tendrá consecuencias graves para los más vulnerables en nuestra sociedad, en particular para los niños, que pueden acceder a estos materiales sin ningún filtro.

¿Cómo puede entender la vida un niño que vio esto? simplemente como algo “normal” y hasta “divertido”.

En un país tan golpeado por la violencia como México, es esencial que usemos la tecnología y las redes sociales de manera positiva, que sume y no que reste.

Al evitar difundir y consumir contenido violento, estamos tomando una posición en contra de la normalización de la violencia y contribuyendo a construir una sociedad más justa y empática con todos.

En lugar de compartir el terror, podemos usar la tecnología para difundir mensajes de solidaridad, apoyo y esperanza. Debemos alzar la voz en contra de la violencia, sin contribuir a masificarla y demandar justicia para las víctimas y exigir a nuestras autoridades acciones concretas para detener la violencia que azota a nuestro país. En nuestras manos está el poder de utilizar la tecnología para unirnos, en lugar de dividirnos.

El consumo de videos en México es gigante, pues se calcula que los mexicanos pasamos más de 10 horas al mes viendo videos en nuestros smartphones, ya sea en redes sociales o directamente desde el mensaje de un amigo que nos compartió algo interesante o divertido. En los últimos días, México ha sido sacudido por un espeluznante video que muestra a cinco jóvenes secuestrados en Jalisco, en el que uno de ellos, bajo la dirección de un sicario, mata a los otros cuatro. Este video, brutal y desgarrador, ha circulado ampliamente en internet y ha suscitado el debate sobre si es ético y responsable consumir y compartir ese tipo de contenido en las redes sociales, cuando es mi libertad poder hacerlo.

La tecnología nos ha brindado la posibilidad de acceder a un sinfín de contenidos y de compartirlos con un simple clic. Pero, con ese poder en nuestras manos, viene una responsabilidad aún mayor. No podemos olvidar que, al consumir y difundir contenido violento, estamos indirectamente apoyando a los delincuentes que lo crearon, y contribuimos a la difusión del terror y el miedo que buscan generar.

Es preocupante ver cómo, en nuestra sociedad, se ha normalizado la violencia, el terror y el consumo de contenidos violentos en internet. Estos videos, fotos y noticias a menudo circulan en redes sociales como si fueran entretenimiento, cuando en realidad son escenas de horror que desgarran familias y afectan a la sociedad entera. Es evidente que estamos viviendo en una era de sobreexposición a la violencia en línea, y debemos cuestionar y reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones en Internet.

Compartir estos contenidos violentos seguramente tendrá consecuencias graves para los más vulnerables en nuestra sociedad, en particular para los niños, que pueden acceder a estos materiales sin ningún filtro.

¿Cómo puede entender la vida un niño que vio esto? simplemente como algo “normal” y hasta “divertido”.

En un país tan golpeado por la violencia como México, es esencial que usemos la tecnología y las redes sociales de manera positiva, que sume y no que reste.

Al evitar difundir y consumir contenido violento, estamos tomando una posición en contra de la normalización de la violencia y contribuyendo a construir una sociedad más justa y empática con todos.

En lugar de compartir el terror, podemos usar la tecnología para difundir mensajes de solidaridad, apoyo y esperanza. Debemos alzar la voz en contra de la violencia, sin contribuir a masificarla y demandar justicia para las víctimas y exigir a nuestras autoridades acciones concretas para detener la violencia que azota a nuestro país. En nuestras manos está el poder de utilizar la tecnología para unirnos, en lugar de dividirnos.