“Trabajar de jornalera es una labor muy pesada pero, a su vez, es hermosa”, comentó Irene al tomar café de olla en su tasa de barro que trajo de Oaxaca cuando migró a California. Irene se resguarda de la lluvia en un refugio campesino y convive con más paisanos de Guerrero y Chiapas, quienes también trabajan en la pisca.
“Somos bendecidos por tener trabajo, aunque sería mucho mejor que estos cultivos los sembráramos en nuestra propia tierra para nuestros hijos”, le dice Irene a otro migrante mientras le comparte una bolsa de fresas que acaba de cosechar. Irene es parte de los miles de migrantes mexicanos que trabajan como jornaleros agrícolas en los Estados Unidos y que se preguntan ¿algo cambiará para ellos después del 2 de junio?
Estamos a unos días de llevarse a cabo el primer debate entre las candidatas y el candidato a la presidencia de México y, seguramente, los temas más destacados serán sobre seguridad, reactivación económica y, obviamente, escándalos de corrupción.
Sin embargo, el tema de migración ocupa, sobre todo en los últimos años, un lugar preponderante en la agenda internacional y nacional. En este sentido, Irene, José, Elena, Rafa y todos los migrantes mexicanos que trabajan no sólo en la pisca sino en todas las industrias de la Unión Americana se preguntan ¿qué hará la nueva presidenta o el nuevo presidente por ellos? La respuesta es unánime: ¡Esperan mucho!
Al respecto, quienes puntean las encuestas, las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, han mostrado contrastes al abordar el tema de migración durante lo que llevan de campaña. (El candidato Jorge Álvarez Máynez apenas y ha dicho que se deben respetar los derechos humanos de los migrantes, sin dar más luz de alguna propuesta.)
Por una parte, hemos visto a Claudia sostener reuniones en lugares exclusivos como el Million Dollar Theatre de Los Angeles, y en el que no dio oportunidad de hablar sobre las expectativas que tienen nuestros paisanos que radican en los Estados Unidos y, mucho menos, aceptó ser cuestionada sobre los programas que el actual gobierno eliminó como el 3x1. Por su lado, Xóchitl ha ido varias ocasiones a los Estados Unidos e, incluso, visitó la pisca de California para escuchar a jornaleros agrícolas, como Irene, y conocer sus necesidades y expectativas.
Más allá de las buenas intenciones que puedan mostrar las candidatas y el candidato, ¿cuáles son los principales retos en materia de migración a los que se enfrentará quien resulte ganador en las elecciones de este 2024? Los especialistas se decantan por tres retos principalmente: el primero tiene que ver con el desarrollo de alternativas de desarrollo en México para disminuir los índices de migración de origen; en segundo lugar, establecen la imperiosa necesidad de generar una estrategia con el gobierno de Estados Unidos para ayudar a normalizar a los millones de mexicanos indocumentados; y en tercer lugar, generar políticas internas que ayuden a integrar a los miles de migrantes extranjeros que a diario transitan por nuestro territorio.
Los mexicanos tenemos, entre otras cosas, algo que nos hermana: nuestro vínculo con la migración. Todos tenemos a un abuelo, una madre, un hijo o un conocido que se encuentra ahora mismo, al leer este artículo, en alguna ciudad como Los Angeles o Chicago ganándose la vida.
Tal es el caso de Irene quien, al terminarse su café de olla, regresó a la pisca para continuar con su trabajo. Desde hace quince años lo hace a diario, aunque ahora está segura que, con su participación en las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio, su cosecha puede ser un mejor futuro para ella y los millones de migrantes mexicanos que radican en EE.UU. ¿Qué opinarán quienes buscan ganar las elecciones presidenciales? Irene espera que, al menos, se lo expliquen en el primer debate.
Dr. Juan Hernández
Analista de temas de migración
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