Expresan su arte en el camposanto

León Gto.- En estos días donde las celebraciones por el día de muertos y las visitas al camposanto están vigentes, observamos un arte inigualable en lápidas para los difuntos, algunas muy sencillas y otras más con una elaboración más complicada pero hermosa,

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Una de las costumbres y tradiciones que distinguen a México es embellecer o personalizar aquellos lugares donde descansan los cuerpos de sus familiares, amigos o conocidos, donde uno de los elementos más comunes en estos adornos es el mármol.

José Refugio Araiza Sánchez tiene 52 años dedicándose a la marmolería y tiene su trabajo justo frente al Panteón San Nicolás, un negocio que ha pasado por varias generaciones de artistas, dedicado a embellecer los espacios donde descansan los fieles difuntos.

Desde lápidas, hasta monumentos, cada trabajo que realiza lo hace con amor a su trabajo y con calidad, donde el tiempo de realización de estos dependerá de la complejidad, el tamaño y los materiales con los que se lleve a cabo.

“El mármol es más caro, pero no es conveniente ponerlo al intemperie, porque se coloca en piezas y se arma ya en el panteón, sin embargo con el sol se desprende, desgasta el pegamento que se usa el proceso para armar, no aguanta los seis años que dura dentro del panteón el familiar”, explicó José Refugio.

También recomendó utilizar el granito vaciado, ya que este lleva un armazón de fierro y este material dura más de los seis años en los que los restos descansan en el cementerio, ya que depende del clima y de cómo esté expuesto el granito vaciado, puede llegar a durar más de 80 años.

Fotos: Montserrat Ramírez | El Sol de León

Los monumentos tardan meses en ser realizados, mientras que las lápidas pueden quedar en pocos días, ya que primero se elabora un molde de yeso, posteriormente se coloca el granito que es mármol molido, combinado con cemento blanco y cemento gris. También es utilizada la varilla para dar soporte en los armazones y las piezas resistan más, por último las piezas se pulen para darle un acabado brilloso.

Para poder grabar las lápidas se utiliza polvo de bióxido de titanio y goma arábiga para empañar el mármol y con un lápiz trazar la guía de lo que grabará con cincel letra por letra.

Además de esta forma de expresión, también se realizan estatuas e imágenes religiosas o grabados que los mismos clientes soliciten de acuerdo a los gustos que tuvieron en vida sus familiares.

“Yo sigo haciendo la mayoría de mis trabajos a mano, aunque ahora ya existen tecnologías como el grabado láser que nos facilitan las cosas, este solo lo mandó a hacer en algunos trabajos, yo procuro hacer todo con cincel, es mucho trabajo y es muy difícil pero es una de las cosas que nos gusta hacer”, agregó José Refugio.

Adán Pérez, trabaja ahora en la marmolería Pérez, que se encuentra frente al Panteón Municipal Norte, él recuerda que José Refugio y su familia lo instruyeron en este arte desde hace 25 años, fue hasta que lo dominó, que decidió independizarse y aunque aún se encuentran en los camposantos su amistad y compañerismo continúa.

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“Yo veo que este trabajo ya se ha estado perdiendo con las nuevas generaciones, la mayoría somos solo familia y personas mayores, yo solo espero que no se pierda este hermoso trabajo”, mencionó Adán.

“Yo le diría a la juventud de ahora, pues que se acerquen y pues si les gusta se pueden enseñar, aquí han estado muchos, muchos, muchos trabajadores que han venido chiquillos y luego vienen los hijos de ellos y les gusta esta tradición y así siguen y siguen en el ramo”, agregó José Refugio.