/ viernes 18 de noviembre de 2022

Doha multilingüistica: la mezcla de culturas sobresale en Qatar

El inglés que se habla en la sede mundialista va salpicado de múltiples acentos, no siempre tan entendibles

Doha.- Estaban un ghanés, un paquistaní y un marroquí hablando de futbol con un mexicano. No es chiste, es el resumen de mi día. En realidad, lo del futbol vino después. Nuestra plática iba en principio sobre la negativa a que grabara o fotografiara la fachada de la University of Doha for Science and Technology (UDST).

Llegué en Uber a esta zona alejada de cualquier estación del Metro. El conductor era sudanés. Vine por una solicitud hecha en México por un tema específico. Por recomendación de Google Maps, me trasladé hasta Al Shaqab, de la línea Verde, para tomar la ruta 616 hacia la Universidad. Al Shaqab es una de esas raras estaciones del Metro qatarí donde parece no haber nada. Pasan un ruta 526, otro 528, un 527, pero nada del 616. Y de nuevo: 528, 527, 528, 526, 527… decido tomar el Uber.

Puedes leer también: Un Mundial sin cerveza: Qatar prohíbe la venta alrededor de los estadios

Al llegar al destino descubro que ahí está alojada la selección suiza. La seguridad, entonces, es considerable. No puedo grabar ni tomar fotos, por más que intento convencer a los guardias. Amables, pero firmes, niegan una y otra vez la posibilidad.

La conversación se torna futbolera, entonces. El ghanés está muy optimista sobre su selección. Cristiano Ronaldo le da igual, no le asusta tener que enfrentarlo. O eso entiendo. No me mintieron cuando me contaron que en Doha todos hablan inglés. Sin embargo, no me dijeron de la inmensa gama de acentos y, desafortunadamente, el Google Translate no funciona del spanglish al arabinglish o lo que demonios hablen aquí.

Las particularidades del inglés local se ven incluso en el Metro. Las salidas están marcadas con un “way out”, al estilo británico, en lugar del “exit”, más utilizado en EU. Y el Metro es así, Metro. Si uno pregunta por el Subway lo mandan por un sándwich. Quisiera saber que le responderían a un londinese si llega a preguntar por el Underground.

La conversación sigue y el marroquí es más reservado en su pronóstico. Su selección enfrenta un difícil grupo con Bélgica, Canadá y Croacia. Según entiendo. En algún momento es claro que en inglés tampoco se entienden entre ellos. Entonces hablan árabe o hindi o no sé qué. Y se ríen. Me miran y se ríen. Quiero pensar que conmigo y no de mí, así que río con ellos.


Fui a grabar un video y tomar una foto. Misión fallida. En algunas zonas, los cuerpos de seguridad dificultan la labor de los medios. Sobre todo si ven equipo fotográfico o de video profesional, pero a veces, incluso con el celular. Ya veremos si pueden controlarlo cuando oleadas de miles de turistas salgan a capturar selfies.

Pido entonces otro Uber, que no llega y me cancela porque no me encontraba. El segundo sí, pero después de varios minutos de intercambiar mensajes. He descubierto que en Doha, el GPS tiene el mismo falló de precisión que en la Ciudad de México (¡discúlpenme, paisanos, los juzgué mal!).

Este conductor es indio y dibuja una gran sonrisa cada que habla. La comunicación es más fluida. Entiendo bien lo que dice, pero me resulta imposible no pensar en Apu tras el mostrador de su Kwik-E-Mart en Springfield. Lo escucho, le respondo y me río. Ambos reímos. Me pregunto mi acento a quién le recordará.

Publicada en ESTO

Doha.- Estaban un ghanés, un paquistaní y un marroquí hablando de futbol con un mexicano. No es chiste, es el resumen de mi día. En realidad, lo del futbol vino después. Nuestra plática iba en principio sobre la negativa a que grabara o fotografiara la fachada de la University of Doha for Science and Technology (UDST).

Llegué en Uber a esta zona alejada de cualquier estación del Metro. El conductor era sudanés. Vine por una solicitud hecha en México por un tema específico. Por recomendación de Google Maps, me trasladé hasta Al Shaqab, de la línea Verde, para tomar la ruta 616 hacia la Universidad. Al Shaqab es una de esas raras estaciones del Metro qatarí donde parece no haber nada. Pasan un ruta 526, otro 528, un 527, pero nada del 616. Y de nuevo: 528, 527, 528, 526, 527… decido tomar el Uber.

Puedes leer también: Un Mundial sin cerveza: Qatar prohíbe la venta alrededor de los estadios

Al llegar al destino descubro que ahí está alojada la selección suiza. La seguridad, entonces, es considerable. No puedo grabar ni tomar fotos, por más que intento convencer a los guardias. Amables, pero firmes, niegan una y otra vez la posibilidad.

La conversación se torna futbolera, entonces. El ghanés está muy optimista sobre su selección. Cristiano Ronaldo le da igual, no le asusta tener que enfrentarlo. O eso entiendo. No me mintieron cuando me contaron que en Doha todos hablan inglés. Sin embargo, no me dijeron de la inmensa gama de acentos y, desafortunadamente, el Google Translate no funciona del spanglish al arabinglish o lo que demonios hablen aquí.

Las particularidades del inglés local se ven incluso en el Metro. Las salidas están marcadas con un “way out”, al estilo británico, en lugar del “exit”, más utilizado en EU. Y el Metro es así, Metro. Si uno pregunta por el Subway lo mandan por un sándwich. Quisiera saber que le responderían a un londinese si llega a preguntar por el Underground.

La conversación sigue y el marroquí es más reservado en su pronóstico. Su selección enfrenta un difícil grupo con Bélgica, Canadá y Croacia. Según entiendo. En algún momento es claro que en inglés tampoco se entienden entre ellos. Entonces hablan árabe o hindi o no sé qué. Y se ríen. Me miran y se ríen. Quiero pensar que conmigo y no de mí, así que río con ellos.


Fui a grabar un video y tomar una foto. Misión fallida. En algunas zonas, los cuerpos de seguridad dificultan la labor de los medios. Sobre todo si ven equipo fotográfico o de video profesional, pero a veces, incluso con el celular. Ya veremos si pueden controlarlo cuando oleadas de miles de turistas salgan a capturar selfies.

Pido entonces otro Uber, que no llega y me cancela porque no me encontraba. El segundo sí, pero después de varios minutos de intercambiar mensajes. He descubierto que en Doha, el GPS tiene el mismo falló de precisión que en la Ciudad de México (¡discúlpenme, paisanos, los juzgué mal!).

Este conductor es indio y dibuja una gran sonrisa cada que habla. La comunicación es más fluida. Entiendo bien lo que dice, pero me resulta imposible no pensar en Apu tras el mostrador de su Kwik-E-Mart en Springfield. Lo escucho, le respondo y me río. Ambos reímos. Me pregunto mi acento a quién le recordará.

Publicada en ESTO

Local

No olvidan a sus ángeles: leoneses recuerdan a sus seres queridos en el Panteón San Nicolás

En el marco del Día de Muertos, el Panteón San Nicolás se alista para recibir a los leoneses que, el 2 de noviembre a las 11:00 a.m., participarán en una misa presidida por el arzobispo monseñor Jaime Calderón

Local

Detonaciones de explosivos en Jerécuaro y Acámbaro generan temor y afectan negocios locales

El secretario de Gobierno de Guanajuato, Jorge Jiménez Lona, aseguró que se brindará apoyo a las víctimas y se llevarán a cabo reparaciones a los inmuebles dañados

Local

Empresarios de Guanajuato exigen un cambio real en seguridad para preservar empleos

La gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo se prepara para lanzar un plan que busca atacar las raíces de la delincuencia organizada

Local

Abrirán parcialmente puente Transportistas durante Festival del Globo de León

El puente Transportistas facilitará el tráfico durante el Festival Internacional del Globo

Futbol

Aficionados brillan por su ausencia en firma de autógrafos de La Fiera

Poca afluencia de aficionados en la firma de autógrafos del Club León

Local

Trabajadores el IMUVI León se reúnen para limpiar un tramo del arroyo Alfaro

IMUVI León realiza limpieza del arroyo Alfaro con la participación de 80 voluntarios