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Las manos del Lorenzo Rafael Gómez y Bustamante han esculpido efigies por más de 60 años sobre el metal en el que ha dibujado momentos cumbre en la historia y rostros de personajes que han dejado huella por su importante aportación a la ciencia, a las letras, a la cultura y el deporte, al escultor se le rindió homenaje en el Archivo Histórico Municipal de León a la par que habló de su pasión por la escultura medallista.\u0009
En la charla habló de su experiencia como escultor de medallas y es que por sus manos pasaron las preseas de premiación de los Juegos Olímpicos de 1968, un homenaje a la Científica y Botánica Helia Bravo con el que participó en un concurso en Bélgica en la Federación de Artistas Medallistas.
Lorenzo Rafael Gómez y Bustamante nació en la Ciudad de México en 1940, estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Escultura por la Escuela Nacional de Artes Plásticas, su arte contempla desde la orfebrería religiosa que pueden encontrarse en América del Sur y Europa, a homenajes y centenarios, reconocimientos.
A pregunta expresa por el Sol de León sobre cómo es que se encuentra la escultura medallista en México respondió que “hay países que cultivan más este arte, Portugal es uno de ellos, España, la Casa de Moneda en Madrid es maravillosa, en México hay gente que lo hace pero no como un arte, sino como una difusión”.
Lorenzo Rafael comentó que “el material más difícil de trabajar es el oro porque no es tan maleable como la plata y el cuidado que debe de tener”.
El reconocido maestro en el arte de la numismática reflexionó en Archivo Histórico Municipal sobre la historia del arte y la historia de la humanidad, dice “van de la mano, porque una deja testimonio de la otra, especialmente en las monedas y en las medallas”, dijo el maestro en entrevista para el Sol de León.
El maestro, Lorenzo Rafael Gómez y Bustamante trae consigo una moneda que data del imperio de Alejandro Magno “Yo tengo aquí colgada en el pescuezo un moneda de Alejandro el Grande, original, esta pieza tiene 2 mil 300 años de antigüedad y si piensas lo que se ha hecho con esta moneda, ¿que podías comprar hace 2,300 años? No lo puede uno comparar con un Volkswagen, sino con lo básico que había, textiles, vino, voluntades".
