Alexis y sus calabazas de barro para Halloween

Prepárate y decora tu casa de manera original

Rosario Horta | El Sol de León

  · sábado 28 de octubre de 2023

Los precios están desde los 60 hasta los 580 pesos / Fotos: Francisco Carmona | El Sol de León

León, Gto.- Calabazas de barro para decorar las casas, jardines y centros de mesa, de diferentes tamaños, formas así como precios se comercializan en carreteras de la ciudad para temporada escalofriante.

Alexis Alejandro llegó de la Ciudad de México con gran variedad de accesorios y calabazas para adornar la fachada de tu casa y darle un buen susto a quienes se acerquen a pedir dulce o calaverita este Día de Muertos o Halloween.

“Tengo de diferentes precios, desde 60 pesos hasta 580 dependiendo del tamaño, forma y color, la gente se lleva más la grande y con figura de gato para sus jardines”, comentó el vendedor quien está ubicado en el Campestre.

Poca venta

Alexis decidió vender rehiletes, calacas de barro para colgar en la pared, disfraces para niños y adultos, papel picado, fantasmas, flores artificiales de cempazuchitl, cadenas de plástico en color negro y naranja, arañas, cubetas en forma calabaza y personajes terroríficos para pedir dulces y máscaras pero las ventas son bajas, no se comparan con las decembrina en donde vende todo lo relacionado con navidad y año nuevo.

“Lo de Halloween o Día de Muertos no se compara con la venta de lucecitas, monos de nieve y todo lo relacionado con la Navidad y Año Nuevo, creo que las personas no se emocionan tanto en esta festividad porque no he tenido muchas ventas”, dijo.

Calabazas símbolos de Halloween

¿Sabes por qué las calabazas son símbolos de Halloween? Resulta que su origen se remonta a una leyenda irlandesa sobre la historia de Stingy Jack (Jack el Tacaño), un hombre borracho y tacaño pero muy astuto que engañó al mismísimo diablo.

La historia cuenta que Jack por su mala fama despertó la curiosidad del diablo quien se presentó diciéndole que había llegado a llevarse su alma, este le pidió que le dejara tomar una última cerveza, no sin antes idear un plan.

El diablo adoptó la apariencia de un hombre y lo acompañó a un bar, cuando llegó el momento de pagar Jack le confesó que no tenía dinero y le propuso que se transformara en una moneda y una vez saldando la cuenta regresara a su forma real.

Así pasó, pero en vez de pagar con la moneda se la metió en el bolsillo donde llevaba un crucifijo, entonces ahí le pidió al diablo que, a cambio de liberarlo, le perdonara la vida por otros diez años.

Luego de 10 años y deseoso de tomarse la revancha, el diablo se presentó ante Jack pero le pidió otro último deseo, comer una manzana de un árbol, otra vez el chamuco cayó y el borracho le lanzó crucifijos a los pies dejándolo inmovilizado, pero esta vez, Jack le hizo prometer que nunca llevaría su alma al Infierno.

Llegó el día que murió y por sus malos actos Dios le negó la entrada al cielo y al no poder entrar, el Diablo le entregó un farolillo fabricado con un nabo en cuyo interior ardía una brasa, para que alumbrara su camino.


Esta tradición irlandesa llegó a Estados Unidos, pero se sustituyó por la calabaza debido a que los niños vaciaban el interior de estas y abrían agujeros a la altura de los ojos para usarlas como máscaras.

En el municipio de León, aún no es bien visto que las casas se decoren con calabazas, fantasmas y otros personajes, sin embargo, son pocas las personas que han adoptado las tradiciones de otros países.