Para la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas es necesario considerar una implementación paulatina para aminorar los impactos en el cambio en la dinámica de las organizaciones empresariales, para que no impacte de manera abrupta en sus costos.
Beatriz Robles, directora de Operaciones y Cuentas Clave de Manpower, explicó además que la reducción de la jornada laboral en México responde a un fenómeno ya visto en el mundo.
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“México no es el primer país en donde se habla de reducir la jornada laboral. Es una tendencia global que ya se implementó en otros muchos países”, precisó.
Refirió que en años recientes a nivel Latinoamérica, países como Colombia y Chile instrumentaron la reducción de jornada laboral a 42 y 40 horas, respectivamente.
Destacó que para la ejecución de la reducción de las jornadas de trabajo en México se debe tomar como referencia la recomendación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que habla de que se debe llegar a una meta ideal de 40 horas por semana. Y puntualiza siempre que el cambio debe ser gradual y sin disminuir los salarios.
En otras naciones, los proyectos han sido de reducciones paulatinas, es decir, con plazos de implementación a mediano plazo, dijo Beatriz Robles.
Señaló que en el caso de Colombia se espera que para 2026 se llegue a la jornada laboral de 42 horas por semana. En julio del próximo año la jornada será de 46 horas y, en 2025, de 44 horas a la semana. Esta reforma de ley se aprobó en 2021.
Destacó que es importante que el plazo que den las autoridades para cubrir la adaptación de la jornada laboral será fundamental en que no impacte de manera abrupta en los costos de las empresas, porque los recursos son finitos y se necesita una etapa de adaptación amplia para absorber este incremento.
Subrayó que el cambio en la jornada laboral acarrearía efectos de implementación, que se reflejarán en los costos de las empresas y en las estructuras de trabajo.
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“Sin duda, los costos de operación, el impacto en las estructuras de trabajo, la reducción de la producción en las empresas de mano de obra intensiva, los costos de capacitación y de retención de talento, son algunos de los tópicos donde podrían observarse los impactos”, dijo Beatriz Robles.
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