/ viernes 4 de agosto de 2023

Matrimonios en Guerrero: una convergencia de culturas

El matrimonio se consuma de acuerdo a tradiciones y costumbres, que cambian de acuerdo a la diversidad cultural de cada región de Guerrero

El enlace matrimonial como tal, si bien es cierto, es la constitución de una familia y goza de reconocimiento jurídico, se consuma cumpliendo con las tradiciones y costumbres que varían por la rica diversidad cultural que existe en cada región de Guerrero.

En esta entidad suriana convergen culturas aborígenes como los mixtecos, los tlapanecos, los nahuas y los amuzgos, que tienen sus propias reglas y en consecuencia, para consolidar esta institución social se tienen que cumplir una serie de deberes y derechos de carácter patrimonial.

Lee también: Chiles en nogada y vino, el maridaje perfecto

De tal suerte, la consumación de la unión conyugal empieza a partir de los preparativos, por ejemplo, en la región de la Costa Grande, los padres de la novia tienen como obligación contribuir con los gastos de la fiesta, aunque son de gran aporte el apoyo de los padrinos.

En contraparte, en la región de la Costa Chica, continúan dándose casos de matrimonios arreglados, por usos y costumbres, a pesar que constituye un delito de carácter penal, porque representa un retroceso en el tema de las libertades y los derechos de las mujeres.

Sin embargo, existen también tradiciones como la de que los padres del novio deben pedir a la prometida, para ello, ofrecen una dote que puede ser en efectivo o en especie, a parte de que son quienes deben de cubrir los costos de la fiesta.

El día del enlace, la ceremonia puede ser religiosa o cristiana, según sea la creencia de las familias, la novia vestirá un huipil de color blanco adornado de flores, un pozahuanco confesionado con hilos teñidos de grana cochinilla, con un velo del mismo color, en tanto que el novio tendrá que portar camisa blanca y calzón, con huaraches.

Cabe señalar que finalmente la ropa varía también de acuerdo al estatus social de cada grupo y en el caso de la ropa de la prometida la pagan los familiares y los padrinos. Una vez que se cumple con la unión, se ofrece a los invitados desde barbacoa de chivo, mole poblano con arroz blanco, que en esta parte de la Costa Chica se le conoce como morisqueta o los tradicionales tamales.

La bebida la tienen que comprar los invitados y la música, puede estar a cargo de un sonido, un conjunto musical, pero es costumbre que la pareja baile, ya sea un vals, una cumbia o hasta una interpretación de un conjunto de música de viento.

Una de las características que los distinguen, es que al siguiente día, en algunas comunidades de la Región de la Montaña, exhiben por la mañana la sabana que usó la novia, para probar que llegó pura al matrimonio, pero si esto no ocurre representa una gran afrenta para la familia

En esta parte del estado, también se estila contratar grupos de danzantes, como la de los Diablos, que combina baile y religión, pues se trata de un ritual dedicado al Dios Negro Ruja, que proviene de la época colonial.

Felices para siempre./ Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

Además de realizar la torna boda, que es cuando la fiesta se prolonga por dos o tres días.

En el caso del puerto de Acapulco, estos festejos son más suntuosos, pues la ceremonia puede ser a la orilla del mar y con la contratación de al menos dos grupos musicales, cuyo costo oscila en los 200 o 300 mil pesos, que son cubiertos por los padres de los novios.

Pero también hay nupcias que cuestan menos a las familias de los contrayentes, en virtud de que son los padrinos los que cargan con los gastos del festejo y renta del salón, en donde la pareja en ocasiones son quienes bailan al ritmo de la danza de la Iguana.

Mientras que en la zona Centro, en algunas poblaciones todavía se estila la vieja tradición del rapto de la novia y después los padres del novio se presentan a “consolar” y una vez que se obtiene el perdón de la familia agraviada, se fija la fecha de la boda y contraen matrimonio.

Variedad de lugares y gustos para celebrar las bodas./ Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

En el festejo son tradicionales los bailes y como bebida tradicional el mezcal. Algunos de estos son la danza de los tlacololeros, la danza de los diablos, la danza de los zopilotes, del tecuano, de los gachupines, de los siete vicios, del Palomo Guerrero, los tejoneros, la danza de los maizos y la danza de los pescados.

Finalmente, el matrimonio o unión conyugal, que oficializa un vínculo de pareja y que está sujeto a las normativas legales, sociales y morales, se cristaliza acorde a las tradiciones y costumbres de una sociedad que aún conserva reglas de la época colonial.

Publicado originalmente en El Sol de Acapulco

El enlace matrimonial como tal, si bien es cierto, es la constitución de una familia y goza de reconocimiento jurídico, se consuma cumpliendo con las tradiciones y costumbres que varían por la rica diversidad cultural que existe en cada región de Guerrero.

En esta entidad suriana convergen culturas aborígenes como los mixtecos, los tlapanecos, los nahuas y los amuzgos, que tienen sus propias reglas y en consecuencia, para consolidar esta institución social se tienen que cumplir una serie de deberes y derechos de carácter patrimonial.

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De tal suerte, la consumación de la unión conyugal empieza a partir de los preparativos, por ejemplo, en la región de la Costa Grande, los padres de la novia tienen como obligación contribuir con los gastos de la fiesta, aunque son de gran aporte el apoyo de los padrinos.

En contraparte, en la región de la Costa Chica, continúan dándose casos de matrimonios arreglados, por usos y costumbres, a pesar que constituye un delito de carácter penal, porque representa un retroceso en el tema de las libertades y los derechos de las mujeres.

Sin embargo, existen también tradiciones como la de que los padres del novio deben pedir a la prometida, para ello, ofrecen una dote que puede ser en efectivo o en especie, a parte de que son quienes deben de cubrir los costos de la fiesta.

El día del enlace, la ceremonia puede ser religiosa o cristiana, según sea la creencia de las familias, la novia vestirá un huipil de color blanco adornado de flores, un pozahuanco confesionado con hilos teñidos de grana cochinilla, con un velo del mismo color, en tanto que el novio tendrá que portar camisa blanca y calzón, con huaraches.

Cabe señalar que finalmente la ropa varía también de acuerdo al estatus social de cada grupo y en el caso de la ropa de la prometida la pagan los familiares y los padrinos. Una vez que se cumple con la unión, se ofrece a los invitados desde barbacoa de chivo, mole poblano con arroz blanco, que en esta parte de la Costa Chica se le conoce como morisqueta o los tradicionales tamales.

La bebida la tienen que comprar los invitados y la música, puede estar a cargo de un sonido, un conjunto musical, pero es costumbre que la pareja baile, ya sea un vals, una cumbia o hasta una interpretación de un conjunto de música de viento.

Una de las características que los distinguen, es que al siguiente día, en algunas comunidades de la Región de la Montaña, exhiben por la mañana la sabana que usó la novia, para probar que llegó pura al matrimonio, pero si esto no ocurre representa una gran afrenta para la familia

En esta parte del estado, también se estila contratar grupos de danzantes, como la de los Diablos, que combina baile y religión, pues se trata de un ritual dedicado al Dios Negro Ruja, que proviene de la época colonial.

Felices para siempre./ Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

Además de realizar la torna boda, que es cuando la fiesta se prolonga por dos o tres días.

En el caso del puerto de Acapulco, estos festejos son más suntuosos, pues la ceremonia puede ser a la orilla del mar y con la contratación de al menos dos grupos musicales, cuyo costo oscila en los 200 o 300 mil pesos, que son cubiertos por los padres de los novios.

Pero también hay nupcias que cuestan menos a las familias de los contrayentes, en virtud de que son los padrinos los que cargan con los gastos del festejo y renta del salón, en donde la pareja en ocasiones son quienes bailan al ritmo de la danza de la Iguana.

Mientras que en la zona Centro, en algunas poblaciones todavía se estila la vieja tradición del rapto de la novia y después los padres del novio se presentan a “consolar” y una vez que se obtiene el perdón de la familia agraviada, se fija la fecha de la boda y contraen matrimonio.

Variedad de lugares y gustos para celebrar las bodas./ Foto: Adriana Covarrubias | El Sol de Acapulco

En el festejo son tradicionales los bailes y como bebida tradicional el mezcal. Algunos de estos son la danza de los tlacololeros, la danza de los diablos, la danza de los zopilotes, del tecuano, de los gachupines, de los siete vicios, del Palomo Guerrero, los tejoneros, la danza de los maizos y la danza de los pescados.

Finalmente, el matrimonio o unión conyugal, que oficializa un vínculo de pareja y que está sujeto a las normativas legales, sociales y morales, se cristaliza acorde a las tradiciones y costumbres de una sociedad que aún conserva reglas de la época colonial.

Publicado originalmente en El Sol de Acapulco

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