La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) busca adquirir más de 10 mil armas, entre rifles, lanzadores simples y pistolas semiautomáticas, para reforzar la capacidad de respuesta de los elementos del Ejército desplegados en el país.
La adquisición del armamento ya está en discusión con al menos 10 proveedores interesados, siete nacionales y tres extranjeros, como la empresa estadounidense Safariland LLC que provee equipo militar al gobierno de Estados Unidos.
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Los otros aspirantes internacionales son Technology Solutions Services LLC e International Business Group, ambas estadounidenses, que tienen experiencia en la venta de artículos militares al gobierno de Arizona.
Las empresas nacionales que compiten son Grupo Airbanas Internacional, es-pecializada en venta de equipos de seguridad y que entre sus clientes está el municipio de Escobedo, Nuevo León; Intman S.A. de C.V.,es una empresa mexicana con más de 30 años de experiencia en el suministro de artículos en el sector Defensa y que ya ha vendido en años pasados armas y municiones a la Sedena; Didactic City, la cual se define como especialista en “soluciones con creatividad”.
Otras de las empresas mexicanas que participan en esta licitación son Sabre Red de México, la cual se especializa en aditamentos de Defensa con gas pimienta, así como Multibis Hursua S.A. de C.V., empresa que ya ha vendido ropa de trabajo a otras dependencias como Liconsa; Long Horn México, que ofrece equipos de seguridad al mayoreo; y Soluciones Militares y Tácticas Superior S.A de C.V., que el año pasado ganó un contrato para venderle a Sedena bombas lacrimógenas.
De acuerdo con la Licitación pública electrónica internacional bajo la cobertura de tratados No. LA-07-110-00700099-T-6-2023, lanzada por la dependencia que encabeza el general Luis Cresencio Sandoval, a través de la plataforma Compranet, se trata de dos mil 468 lanzadores tipo rifles calibre 0.68, con capacidad mínima de 55 disparos y compatible con cualquier tipo de munición y/o proyectil, incluidas bombas lacrimógenas a cinco y 2.5 por ciento, como las que el Ejército adquirió (2.8 millones) en diciembre pasado.
La institución pagó entonces 325 millones de pesos por los proyectiles fabricados con capsaicina, un componente activo de los pimientos picantes a los que se le ha dado un uso bélico, ya que una vez que es lanzado a una persona causa una fuerte irritación, sensación de quemazón y picor en ojos, nariz, boca, garganta y piel.
“Para la realización de las pruebas de funcionamiento y cursos de capacitación, el licitante adjudicado entregará 24 mil 680 municiones y/o proyectiles a esta Secretaría, de los cuales seis mil 170 serán de substancia química capsaicina II al 2.5 por ciento o similar, cal. 0.68; seis mil 170 al cinco por ciento o similar, cal. 0.68; seis mil 170 municiones de marcaje líquido calibre 0.68 y seis mil 179 municiones de marcaje líquido amarillo, calibre 0.68. En su defecto, pudiendo ser municiones de práctica a razón de 10 municiones y/o proyectiles por arma”, señala la Sedena en sus especificaciones técnicas para los posibles proveedores.
La institución requiere, además, cinco mil 966 lanzadores simples, calibre 40 milímetros, para los que también solicita 11 mil 932 proyectiles de gas de corto alcance, sin costo para la Secretaría, como combustibles de prueba, así como dos mil 350 pistolas semiautomáticas, calibre 0.66, con alcance mínimo de 20 metros.
Para estas últimas pide, para probarlas, proyectiles de capsaicina y de marcaje.
Las armas, 10 mil 784 en total, deberán contar con su kit de accesorios que incluyen tres cargadores de plástico, con capacidad de cinco a 10 municiones o proyectiles, además de refacciones y equipo de limpieza. También se debe incluir capacitación en el manejo y reparación de las mismas por parte del proveedor.
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La Sedena indica que se adquirirá el armamento —al cual considera menos letal— para que la Policía Militar apoye en las tareas de seguridad pública.
Las llamadas armas menos letales, como las que emplean irritantes químicos, “pueden utilizarse en situaciones en las que se necesita cierto grado de fuerza, pero en las que el uso de armas de fuego sería ilícito, o como una alternativa menos peligrosa a las armas de fuego”, de acuerdo con una publicación de 2021 titulada Orientaciones de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos sobre el empleo de armas menos letales en el mantenimiento del orden.