Aunque las universidades públicas han formado a la mayor parte de los altos funcionarios federales desde Luis Echeverría, su relevancia disminuyó a partir del sexenio de Carlos Salinas, quien abrió más espacios a quienes se formaron en universidades de paga, esto de acuerdo con el estudio “La educación de los mandarines mexicanos, 1970-2014” elaborado por el investigador Sebastián Garrido de Sierra.
De acuerdo con el trabajo del catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), en tiempos de Felipe Calderón más de la mitad de los burócratas de mayor rango estudiaron su carrera en una institución privada, siendo la más importante el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Este ha sido el único sexenio en donde los egresados del ITAM superaron incluso a los de la UNAM en ocupar los puestos más importantes del gobierno federal.
Ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto, volvió a crecer la participación de los egresados de las universidades públicas en la alta burocracia.
En cuanto a carreras, la mayoría de los funcionarios ha tenido formación de abogado, salvo en los sexenios de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, cuando abundaron los economistas.
Para este estudio se construyó una base de datos con la formación académica de mil 448 servidores públicos que ocuparon un puesto en la alta burocracia federal entre 1970 y 2014: ocho presidentes de la república, 262 secretarios de Estado, 816 subsecretarios de Estado, 272 oficiales mayores, 17 procuradores generales de la república, siete regentes del Distrito Federal (hasta 1997), así como los 66 directores generales o directores de Pemex, el ISSSTE, el IMSS, la CFE y la Conagua.