A los cuatro vientos lanza el Presidente Andrés López Obrador prendas y méritos del Secretario de Salud:
"El Doctor Jorge Alcocer es un distinguido hombre de ciencia. Premio Nacional de Ciencias. ¿Se dan cuenta? ¡Premio Nacional de Ciencias! Él fue Profesor de Hugo López Gatell. Hugo, que es un expositor muy lúcido nos explica con toda claridad hasta los más intrincados detalles de su lucha contra el coronavirus.
Mientras transcurre el informe oral de López G., López Obrador se queda con la vista clavada en el tragaluz del Salón Guillermo Prieto -antes De Tesorería-- del Palacio Nacional. Observa y hunde su mano derecha en el bolsillo del pantalón. Halla lo que buscaba. Quizá un talismán. Un amuleto. Un objeto de "la buena suerte". Lo frota. Se tranquiliza.
"Decidí entregar otro millón de créditos"- soltó de golpe. Este tendrá carácter de estímulo de reconocimiento a los empresarios que -a pesar de los pesares- mantuvieron intacta su plantilla de trabajadores y les pagaron con estricta puntualidad su salario. Reconozco a estos empresarios -ya pequeños, ya medianos. Negocios que surten a empresas de mayor dimensión.
"Veinticinco mil pesos recibirá cada uno de estos industriosos individuos. Crédito a la palabra. Sin aval, sin garantía. A tasa del 6.5. La del Banco de México. Dispondrán de 4 meses para iniciar sus abonos. 36 mensualidades de 800 y pico de pesos. A la pura palabra. La gran cualidad del pueblo mexicano es su sentido de honestidad.
Más que divertido López Obrador reveló el origen de los 25,000 millones de pesos que destinará a los anunciados créditos.
"Quizá recuerden -inició el presidente- que semanas atrás les comuniqué mi intención de dirigir al Presidente del Consejo Coordinador Empresarial -C. C.E . - una carta relación de los magnates reticentes a pagar sus impuestos. ¡Cuentón! Enlisté a 15 firmas. Deben 50,000 millones de pesos a la Secretaría de Hacienda. Se trata de empresas e individuos cuya capcidad de pago está´fuera de duda. Tienen los dineros. Empero, se niegan a pagar.
"Se quedaron muy mal acostumbrados. Influyentismo, favoritismo. Recomendación. Fin de cuentas: corrupción. Y ya no. Nadie puede en este país condonar el pago de tributos a la Secretaría de Hacienda. Nadie. Ni siquiera el Presidente de la República. Y yo, menos aún. El Presidente De México no puede, ni debe mezclarse en un asunto semejante.
"Si un colaborador presenta el asunto al Presidente y éste le responde: "Guárdalo, luego lo veo", fatalmente se esfuma, se pierde su autoridad moral. Pues el colaborador se hará l siguiente reflexión:
"Con toda seguridad, el Presidente está metido en este enjuague".
"Y no. Desde luego que yo no estoy, no puedo guardar la condición de tapadera de un probable delincuente . Yo no soy un florero. No me puso el pueblo de adorno.
"Decidí que nos querellemos. La ley dirá que proceso seguir. Pues si en esta evasión de impuestos surge la posibilidad de un fraude estaríamos -quizá- ante un proceso penal. Y lo mismo si se encara un proceso civil. Quién deba pagará.
López Obrador ya avizora el contorno intelectual, espiritual, mental y físico que tendrá el país cuando se disipen los nubarrones de esta crisis sanitaria:
"Habremos probado la fuerza de nuestra condición de mexicanos. Ejemplar. Modelo ante el mundo. Nuestra organización. Disposición al orden. Mostrará la fuerza, el vigor de nuestra cultura. Fruto de muchas culturas y tradiciones. Vital apartado. Nos salva de infinidad de contingencias. Terremotos, huracanes, inundaciones, erupciones...¡ Hasta de gobiernos corruptos!
"Será una sociedad muy unida. La familia será ejemplo de fortaleza. Dará peso a mi afirmación, a mi juicio de que la familia es la gran institución social de este país. Y -sentenció orgulloso López Obrador- volveremos vivir plenitud la "República Amorosa". Con nuestros abuelos muy bien tratados.
"Yo agradezco al pueblo todo su apoyo; su ayuda. Renuevo mi petición. ¡Ayúdenme! No salgan de su casa...Quédense en su casa...Métanse a su casa
Con eso le ganamos la batalla al coronavirus.
De la conferencia "mañanera".