El embarazo adolescente se dispara en México por el inicio de la vida sexual a edad temprana entre jóvenes que piensan “a mí no me va a pasar”, pero también por la creciente violencia que incluye abuso sexual y prostitución infantil.
Con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por mil adolescentes de 15 a 19 años, México tiene la mayor incidencia en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Pero no se limita a jóvenes, como reconoció Miguel Ángel Osorio, secretario de Gobernación (Interior), al lanzar días atrás una campaña contra el embarazo adolescente.
“Uno de cada seis embarazos en este país, casi 20%, son de menores, de niñas de entre 10 y 19 años (...). No queremos ver a una niña cuidando a otra niña”, dijo al advertir que la mayoría de embarazos de menores de 15 años resulta “de algún tipo de agresión física”.
El tema, convertido en problema de salud pública que amenaza con truncar el futuro de las adolescentes, fue abordado en el Women’s Forum realizado esta semana en la capital mexicana.
María del Carmen Juárez, directora de desarrollo humano sustentable del estatal Instituto Nacional para la Mujer, explica que una encuesta nacional identificó más de 35 factores que inciden en la elevada tasa de fecundidad en adolescentes, que aumentó casi 10% de 2014 a 2016.
“El 23% de la población adolescente de 12 a 19 años ha iniciado su vida sexual (contra 15% hace una década) y no utilizan métodos anticonceptivos en su primera relación (por la creencia de que no quedarán embarazadas). De ahí se explica mucho”, dice.
DESIGUALDAD
Otra causal, reconoce Juárez, es el denominado factor “comunitario de riesgo”, es decir, fenómenos delictivos como comercio sexual infantil y consumo de alcohol y drogas que conducen a violaciones en medio de una criminalidad generalizada en México a la par de la lucha militar contra el narcotráfico lanzada en 2006.
En un céntrico barrio de la capital está Casa Mercedes, institución de asistencia privada que alberga a adolescentes embarazadas en situación de violencia, separadas legalmente de sus familias y tuteladas por autoridades.
Claudia Colimoro dirige Casa Mercedes y hablará en Women’s Forum. Ha recibido desde hace más de 20 años a adolescentes embarazadas a las que proporciona techo, alimentos y apoyo para estudiar. Al hacerlo, Colimoro les pone sobre la mesa las opciones: aborto inmediato (en Ciudad de México está despenalizado hasta las 12 semanas y en caso de violación), adopción o enfrentar la responsabilidad de criarlo.
Hace unos años recibió a una chica que a los 12 años fue víctima de trata con fines sexuales en el central estado de Puebla, punto rojo en prostitución infantil del país.
“Queda embarazada por trata, porque su madre la vende, es rescatada (...). No lo creyó la primera vez y regresó, huyó del tratante, y regresó con la mamá a pedirle ayuda y la mamá volvió a tratar”, dice. AFP