León, Gto.- Postrada en una cama brillante de latón en color dorado con sus manos juntas en el pecho y sus ojos cerrados, la virgen de las Tres Aves Marías se encuentra rodeada de flores y manzanas adornadas, estas últimas son regaladas a los ferviente al final de la misa que acudieron a rezarle.
➡ Suscríbete a nuestra edición digital
El templo estaba vestido de flores en colores rosa, lilas, moradas, blancas, follaje verde y ante todo nardos que perfumaba el templo, muy cerca de la virgen el olor se combinaba con el de las manzanas.
El padre Francisco Gerardo Alvarado Quintana del Sagrario y al mismo tiempo del templo de la Virgen Tres Aves Marías explicó que por medio de la tradición, María durmió y ascendió, no se habla de la muerte, más bien de una dormición para que el 14 de agosto en la noche sea llevada al cielo; la manzana es el fruto que ella da como reliquia.
“Desde los fundamento desde la sagrada escritura que dice: si por un fruto concretamente por Eva entró el pecado al mundo, ahora, María la nueva Eva es quien nos da el fruto de la salvación que es Jesús, entonces es una reliquia que tenemos nosotros que María nos regala pero es Jesús mismo”, mencionó el padre.
Manzanas
Las manzanas son preparadas con muchos días de anticipación, todos los grupos apostólicos de la rectoría se coordinan y las adornan no solo para comerlas sino porque es un fruto para que entre a los hogares católicos con fe, incluso algunas personas tienen todo el año la manzana y no se consume.
Cerca de 9 mil manzanas se regalan el día 15 de agosto en las misas de ocho de la mañana, a mediodía y ocho de la noche y durante todo el día.
Tradición
Además, el cura platicó que la tradición comenzó alrededor del año 1920 con el padre Miguel María Enríquez, mejor conocido como el padre “Enriquitos”, quien fue un devoto especial de la virgen María por tal motivo al templo de la Santísima Trinidad y de la Virgencita de las Tres Aves Marías de la Santísima Trinidad, padre, hijo y espíritu ubicado en la calle 5 de Mayo en la colonia Obrera lo nombró “El palacio de la Reina”.
“Por eso al entrar a este templo uno siente ese calor con el que te cobija María santísima pero comenzó con el padre Miguel María Enríquez que vivió y duró aquí cerca de 50 años de hecho aquí el templo está enterrado su cuerpo”.
Por último, dio a conocer que se acaba de escribir la biografía del padre por medio del padre Carlos Conde González que se venderá en próximos días.