VILLAGRÁN, Gto.- A seis meses de la realización del operativo “Golpe de timón” los accesos y el centro de Santa Rosa de Lima, donde están acuarteladas las FSPE y un contingente de la Marina, permanecen resguardados por retenes que detienen y revisan los vehículos que consideran sospechosos, lo que también es causa de molestia entre algunos de los habitantes del poblado, ya que otros tanto consideran positivo que el lugar permanezca resguardado.
Este miércoles y debido a un evento de supervisión de obras estatales, había de nuevo personal policial con equipo antimotines en el mismo lugar donde estuvo el escenario clausurado de las fiestas patronales hace varios días, y la gente permanecía a la expectativa.
El Sol del Bajío entrevistó a algunos vecinos sobre su impresión, “aquí vienen, está mi señor en la tienda, van por su refresco y siempre nos dan los buenos días o buenas tardes, no nos han tratado mal a nadie y nunca nos han hecho nada”, expusieron dos mujeres que platicaban en el exterior de un local cerca del cuartes de las FSPE.
“La verdad sí está más tranquilo, sobre todo para la gente que no se mete con nadie”, dijeron y negaron que antes de esto hubiera mucha delincuencia en el poblado.
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Hicieron referencia a la fiesta patronal y manifestaron que le gente sí se enojó porque no dejaron poner los juegos mecánicos y sobre todo los que ya tenían contratados a los grupos (musicales) como son los comerciantes, “ellos se organizan para hacer un baile y no los dejaron, se entiende, mi sobrino ya tenía su grupito y le había pagado, no los dejaron, ni modo, qué se le va a hacer”.
Comentaron que al final se realizó la fiesta religiosa y “la gente que anda haciendo sus desmanes pues no pudo, aquí hay más gente pacífica, contrataron a la musiquita del rancho, le pegaron y los que quisieron bailaron y no hubo ninguna problema”.
Otro vecino también se refirió al evento musical fallido: “primero pidieron muchos papeles, se los arrimaron todos y no lo permitieron, por eso la gente está enojada”, en cuanto al comportamiento de las FSPE señaló que “hay unos muy gachos, que ni siquiera dejan atravesar la cancha”.
Otras personas se negaron con recelo a declarar algo, aún hay cierto temor pese a la presencia de las fuerzas del orden y aun cuando ya no hay civiles que interrogan a las personas en los accesos al poblado sobre quiénes son y a dónde van, salvo las fuerzas del orden en caso de sospecha.
