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La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) invita hacer la diferencia a través de la economía circular, mediante un consumo sostenible y evitar que se generen residuos o desechos electrónicos. A través de la adopción de prácticas de consumo informado sustentable y seguro, reutilizar, reparar y propiciar el reciclaje.
Los beneficios de este tipo de economía es que se disminuye la emisión de gases de efecto invernadero y a su vez el calentamiento global, al mismo tiempo los residuos se incorporan en la producción de nuevos productos y se abaratan costos.
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A través de un video se informó que los residuos con mayor crecimiento en el mundo provienen de aparatos eléctricos y electrónicos como refrigeradores, pantallas, lámparas, equipos de cómputo, teléfonos celulares, cargadores, audífonos, consolas de juego, entre otros.
El incremento de este tipo de basura se debe a que la vida útil de estos equipos es cada vez más reducida, se vuelven obsoletos y muchas veces “pasan de moda”, esto genera un problema ambiental y de salud sobre todo por el contenido de metales pesados, baterías, retardantes de flama y otros tóxicos.
Con estos residuos también se van pequeñas cantidades de oro, plata, cobre, platino, entre otros materiales que se pueden reutilizar y reciclar.
Consumir de manera inteligente
Mediante la economía circular que se basa en el consumo sostenible fabricar y consumir de manera inteligente sin causar daños ambientales y tampoco sociales, se debe buscar el consumo inteligente.
La estrategia tiene como objetivo que las empresas re diseñen sus productos aprovechando mejor sus recursos que reciben para reducir la extracción de metales y otros materiales de la naturaleza, y al mismo tiempo sus productos se puedan reparar, renovar, actualizar y acondicionarse, y en la medida de lo posible remanufacturar.
Los consumidores pueden aplicar conceptos que inician con las tres “r” como son reusar, reparar y reciclar, por ejemplo si un dispositivo funciona, pero no se va a usar, no se debe tirar, se puede donar a un familiar o una persona que lo necesite.
Por ejemplo un teléfono inteligente, puede servir como cámara de videovigilancia, reproductor de música, videojuego sin conexión, monitor de la recámara de un bebé, gps, mapa sin conexión interna o despertador. En caso de descompostura es más barato reparar y si ya no sirve opor ningún motivo no se debe tirar sino reciclar para aprovechar sus materiales.
De cada persona depende que el destino no sea un tiradero y que aumente la contaminación, por lo que se puede investigar si hay programas o eventos de recolección, también hay personas que compran equipos para repararlos, entre otros
Evitar más contaminación está en cada uno
En 2019 sólo se recogió y recicló en el mundo 19.4% de esos desechos, lo que representa que se tiraron 57 millones de dólares.
Se informó que el origen del problema radica en que se ha tenido un problema de consumo lineal que se sigue por inercia y se resume en: Comprar, usar y tirar.
A través de esta práctica en 2019 cada mexicano generó 10 kilogramos de desechos entre celulares, equipos de cómputo o televisores.
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Es importante cambiar ese tipo de pensamiento, para detener esta problemática, a través de adoptar medidas para transitar a un modelo de economía circular en materia de telecomunicaciones.
Con este modelo se busca la reducción de desechos que se generan de los teléfonos celulares, modems, decodificadores y sus accesorios como baterías, cables, cargadores, audífonos, tarjetas de memoria y memorias SIM.
