León, Guanajuato; 26 de Mayo del 2019.- Será en otra ocasión. León, el súper líder, el de las 12 victorias en fila, el de los 41 puntos y el que tuvo al campeón de goleo, simple y sencillamente desapareció a la hora buena y no pudo coronar su torneo.
Tigres es nuevo campeón del futbol mexicano, ha llegado a la séptima conquista con el solitario tanto que André-Pierre Gignac marcó en la ida. Con eso fue más que suficiente.
León seguirá esperando para poder festejar un campeonato del máximo circuito ante su afición. Todo lo cosechado durante la fase regular quedará como anécdota, sólo eso.
EL JUEGO
Ambas fieras no tenían mañana, en especial un León en desventaja que estaba obligado a marcar, para entonces comenzar a soñar con un nuevo título.
La ausencia de Macías y una actuación de Angulo que no fue la mejor en el encuentro de ida, convenció a Nacho Ambriz de ir en punta con Joel Campbell, así Sambueza también tuvo cabida en el once inicial y hasta Moreno se coló, en sustitución de Meneses.
En acción prefabricada, Montes buscó sorprender al levantarle la pelota a Tesillo, sin embargo, el cabezazo del colombiano fue directo a las manos de Nahuel.
Y los problemas le llegaron a La Fiera, su goleador Ángel Mena, el mejor jugador del torneo en la fase regular, tuvo que retirarse del campo por un problema muscular. Una vez más al “Ángel del Gol” le cortaban las alas en una final, tal y como le sucedió la campaña anterior cuando militaba en Cruz Azul.
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Meneses vino al campo y León extravió la brújula, la intensidad se esfumó y Tigres comenzó a tener más presencia. Cada vez que los norteños se presentaban más allá del medio campo, la sensación de peligro era latente, teniendo al frente a Vargas y Gignac.
Para la segunda mitad los verdes estaban acusando recibo de no tener un referente ofensivo, ni Campbell, ni Moreno, quedaban fijos en el área y eso causaba que los centros no encontraran destinatarios, facilitándole mucho más el trabajo a la zaga visitante.
Ambriz echó toda la carne al asador, no había de otra, quitó un central como González y mandó un atacante como Angulo. Tigres en lo suyo, a defender, a sacar colmillo y oficio.
Fue entonces que surgió la figura de Nahuel Guzmán, el portero argentino le dijo que no a León en dos ocasiones, primero atajando abajo el disparo de Meneses y luego sacándole un violento frentazo a Angulo. Dos intervenciones que tenían estampa de campeón.
León lo buscó, lo luchó, lo corrió, pero las ideas no dieron. Los últimos minutos fueron una eternidad para la visita y a los verdes se les escaparon en un suspiro. Tigres lo hizo.
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