/ domingo 12 de mayo de 2019

Omara Portuondo, la leyenda cubana de gira con El Último Beso

"Esta gira no es la despedida definitiva de los escenarios internacionales, pero sí será la última vez que ella se presentará en países lejanos como por ejemplo Singapur o Turquía", explicó Ariel Jiménez, hijo y representante de la cantante

  • La leyenda viviente de la música cubana, la Novia del filín,que cumplirá 89 años el próximo noviembre, inició una gira mundial que la llevará por más de 15 países, este periplo arrancó en Estados Unidos donde la cantante aseguró que la fuente de su juventud es simplemente haber nacido en Cuba


Si hablamos de revoluciones, la de la banda musical cubana Buena Vista Social Club fue ciertamente pacífica, pero generó poderosas ondas sísmicas que aún vibran.

Ya han pasado más de 20 años desde que la banda de veteranos músicos irrumpió en escena a mediados de los años 90, se alzó con un Grammy y vendió millones de discos en todo el mundo.

Pero una de sus últimas leyendas originales, la cantante Omara Portuondo, de 88 años, aún está de gira, encantando a las audiencias del planeta con su voz exuberante.

"Yo me siento muy honrada de poder llevar nuestra cultura, nuestra música al mundo entero", dijo en español antes de la escala en Nueva York de su gira mundial "Último beso", presentada como sus vítores finales.

La música cubana, la cubanía, la manera de hacer nuestra música; la gente la recibe con mucho fervor (...) Hemos recorrido el mundo

Recibida por una salva de aplausos en un club de estilo cabaret de Manhattan iluminado apenas por velas, Portuondo cantó varios clásicos cubanos marcados por ritmos afrocaribeños y melodías sensuales, cálidas, incluida Guantanamera.

EL PODER DE LA MÚSICA

Los principales músicos del Buena Vista Social Club eran parte de la vieja guardia musical prerrevolucionaria. Fueron persuadidos de volver al escenario y olvidar su vida de jubilados por la estrella cubana Juan de Marcos González, Nick Gold del sello de grabación WorldCircuit y el guitarrista estadounidense RyCooder.

Bautizado con el nombre de un local de La Habana sólo accesible a miembros, el Buena Vista Social Club se convirtió en una banda de renombre mundial tras lanzar su álbum homónimo, el disco cubano más vendido de todos los tiempos.

La obra de 1997, grabada en sólo seis días, exportó un colorido retrato de una Cuba imbuida en chispa y deseo, en fuerte contraste con la deprimente imagen que el Occidente capitalista tenía de la nación comunista gobernada por Fidel Castro durante casi 50 años.

Portuondo prefiere ignorar las tensas relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que se entibiaron en los últimos años bajo el gobierno de Barack Obama, pero volvieron a congelarse bajo Donald Trump, y asegura desafiante que "a la música nada la puede parar".

PINTA CON MÚSICA

Y parece que nada puede tampoco parar a la diva. Vistiendo un largo vestido blanco con un chal de flores rojas, resplandecía al levantar al público neoyorquino de sus asientos.

Consultada sobre cuál es su secreto para seguir presentándose en escena cuando la mayoría de los cantantes de su edad ya están retirados, Portuondo levantó las cejas ante la sugerencia de que pueda ser vieja.

"¡Yo me siento de 15!", dijo riendo, y aseguró que la fuente de su juventud es simplemente haber nacido en Cuba.

Nosotros somos muy calienticos, nos gusta mucho el ritmo, la alegría, la vida, life

Esa sensibilidad, afirmó, garantiza el longevo poder del Buena Vista Social Club, cuya historia fue inmortalizada en varios documentales, incluido uno del aclamado director alemán Wim Wenders.

Con un brillante turbante rojo en la cabeza y aros grandes y dorados, la voz sensual de Portuondo sigue tan clara como siempre, acompañada por las teclas de otra estrella cubana, el pianista Roberto Fonseca.

En su juventud Fonseca asistió a un concierto de Portuondo -que trabajó con Edith Piaf, Nat King Cole, Herbie Hancock y Chucho Valdés- y se le acercó para decirle que le encantaría trabajar con ella.

Hoy los dos mantienen una química increíble dentro y fuera del escenario, una relación cómplice y familiar.

"Ahora mi sueño se ha hecho realidad", dijo Fonseca, de 44 años.

"He aprendido muchas cosas tocando con ella" sobre la música y la cultura cubana, añadió, y explicó que Portuondo "pinta con la música".

JOVEN POR SIEMPRE

Ya durante la presentación de esta gira mundial, la leyenda viviente de la música cubana, que cumplirá 89 años el próximo noviembre, aclaró que ésta no significa la despedida definitiva de los escenarios internacionales.

"Nadie ha hablado de retiro. Yo nací para hacer esto y voy a seguir dando guerra mientras pueda", aseguró Portuondo.

"Esta gira no es la despedida definitiva de los escenarios internacionales, pero sí será la última vez que ella se presentará en países lejanos como por ejemplo Singapur o Turquía", explicó Ariel Jiménez, hijo y representante de la cantante, quien insistió en que su madre "tiene más energía que muchos jóvenes".

La intérprete, uno de los máximos exponentes vivos de la música tradicional de Cuba, viajará por más de 15 países acompañada por un cuarteto de nombres muy conocidos en la escena del jazz en la isla: el pianista Roberto Fonseca, el bajista Yandy Martínez, el baterista Ruly Herrera y Andrés Coayo en la percusión.

Durante el recorrido, Portuondo ofrece un repertorio de clásicos que "en su voz nunca suenan igual dos veces", aseguró Fonseca, al que no le "pesa parar su carrera" casi un año para acompañar a la llamada Novia del Filin, género de la canción cubana nacido en la década de 1940.

En diciembre próximo la octogenaria artista hará un alto en su natal La Habana para ofrecer un gran concierto en el que cantará varios temas de un disco en el que trabaja ahora con Fonseca.

Incansable a sus casi 90 años, Omara Portuondo también trabaja con la tradicional Orquesta Faílde en un fonograma dedicado a los 100 años del legendario Benny Moré.

Pero incluso si Último beso es realmente el último, Portuondo está determinada a seguir cantando hasta el final, aunque no sea más que en su amada Cuba, su lugar preferido para cantar.

Fonseca toca el piano a su lado y le da vuelta a las páginas. Cuando a mitad del concierto dijo al público que la cantante se tomaría una pausa para descansar, ella lo miró con sorpresa.

Mientras la acompañaba fuera del escenario, la embelesada audiencia silbaba encantada, y la animada Portuondo continuó batiendo las palmas al ritmo de las congas, ondulando la cadera sin cesar.

EL DATO

  • El Buena Vista Social Club tuvo su gira de despedida, “Adiós", en 2015 bajo el nombre "Orquesta Buena Vista Social Club", ya con menos músicos veteranos y el ingreso de nuevo talento joven.

ALGO DE SU DISCOGRAFÍA

Premio Nacional de Música 2006, suma casi una treintena de álbumes desde 1958, año en que el que debutó con su primer trabajo de estudio, el hoy mítico Magia negra.

En 2009 ganó un Grammy Latino en la categoría de música tropical por su álbum Gracias.

Recibió el premio del Gran Teatro de La Habana 2011 de manos de la bailarina Alicia Alonso y en 2018 se le otorgó el título de Doctora Honoris Causa en Arte por su aporte "trascendental" a la cultura cubana.

Omara siempre estuvo nominado a un Grammy Latino en 2018 y en enero pasado acompañó a la cantante Joss Stone en la primera presentación de la británica en la isla dentro del programa del festival Jazz Plaza de La Habana.

EN EL CAMINO

La gira mundial de la cantante arrancó el 19 de abril en el Regent Theater, de la ciudad de Los Ángeles, y durante ese mes se presentó en varias ciudades de Estados Unidos; en mayo se presenta Europa y Asia, visitando países como Holanda, Polonia, Hungría, Singapur y Corea del Sur; en junio estará en España y Canadá.

Para el mes de julio regresa a Europa y se presentará en Austria, Suiza, Rusia, Grecia, Francia e Inglaterra; mientras que en Bélgica y Finlandia estará en agosto

Para los meses de octubre y noviembre tiene previstas actuaciones en escenarios de México, Argentina, Chile y Uruguay y cerrará el año con un gran concierto en Cuba.

  • La leyenda viviente de la música cubana, la Novia del filín,que cumplirá 89 años el próximo noviembre, inició una gira mundial que la llevará por más de 15 países, este periplo arrancó en Estados Unidos donde la cantante aseguró que la fuente de su juventud es simplemente haber nacido en Cuba


Si hablamos de revoluciones, la de la banda musical cubana Buena Vista Social Club fue ciertamente pacífica, pero generó poderosas ondas sísmicas que aún vibran.

Ya han pasado más de 20 años desde que la banda de veteranos músicos irrumpió en escena a mediados de los años 90, se alzó con un Grammy y vendió millones de discos en todo el mundo.

Pero una de sus últimas leyendas originales, la cantante Omara Portuondo, de 88 años, aún está de gira, encantando a las audiencias del planeta con su voz exuberante.

"Yo me siento muy honrada de poder llevar nuestra cultura, nuestra música al mundo entero", dijo en español antes de la escala en Nueva York de su gira mundial "Último beso", presentada como sus vítores finales.

La música cubana, la cubanía, la manera de hacer nuestra música; la gente la recibe con mucho fervor (...) Hemos recorrido el mundo

Recibida por una salva de aplausos en un club de estilo cabaret de Manhattan iluminado apenas por velas, Portuondo cantó varios clásicos cubanos marcados por ritmos afrocaribeños y melodías sensuales, cálidas, incluida Guantanamera.

EL PODER DE LA MÚSICA

Los principales músicos del Buena Vista Social Club eran parte de la vieja guardia musical prerrevolucionaria. Fueron persuadidos de volver al escenario y olvidar su vida de jubilados por la estrella cubana Juan de Marcos González, Nick Gold del sello de grabación WorldCircuit y el guitarrista estadounidense RyCooder.

Bautizado con el nombre de un local de La Habana sólo accesible a miembros, el Buena Vista Social Club se convirtió en una banda de renombre mundial tras lanzar su álbum homónimo, el disco cubano más vendido de todos los tiempos.

La obra de 1997, grabada en sólo seis días, exportó un colorido retrato de una Cuba imbuida en chispa y deseo, en fuerte contraste con la deprimente imagen que el Occidente capitalista tenía de la nación comunista gobernada por Fidel Castro durante casi 50 años.

Portuondo prefiere ignorar las tensas relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que se entibiaron en los últimos años bajo el gobierno de Barack Obama, pero volvieron a congelarse bajo Donald Trump, y asegura desafiante que "a la música nada la puede parar".

PINTA CON MÚSICA

Y parece que nada puede tampoco parar a la diva. Vistiendo un largo vestido blanco con un chal de flores rojas, resplandecía al levantar al público neoyorquino de sus asientos.

Consultada sobre cuál es su secreto para seguir presentándose en escena cuando la mayoría de los cantantes de su edad ya están retirados, Portuondo levantó las cejas ante la sugerencia de que pueda ser vieja.

"¡Yo me siento de 15!", dijo riendo, y aseguró que la fuente de su juventud es simplemente haber nacido en Cuba.

Nosotros somos muy calienticos, nos gusta mucho el ritmo, la alegría, la vida, life

Esa sensibilidad, afirmó, garantiza el longevo poder del Buena Vista Social Club, cuya historia fue inmortalizada en varios documentales, incluido uno del aclamado director alemán Wim Wenders.

Con un brillante turbante rojo en la cabeza y aros grandes y dorados, la voz sensual de Portuondo sigue tan clara como siempre, acompañada por las teclas de otra estrella cubana, el pianista Roberto Fonseca.

En su juventud Fonseca asistió a un concierto de Portuondo -que trabajó con Edith Piaf, Nat King Cole, Herbie Hancock y Chucho Valdés- y se le acercó para decirle que le encantaría trabajar con ella.

Hoy los dos mantienen una química increíble dentro y fuera del escenario, una relación cómplice y familiar.

"Ahora mi sueño se ha hecho realidad", dijo Fonseca, de 44 años.

"He aprendido muchas cosas tocando con ella" sobre la música y la cultura cubana, añadió, y explicó que Portuondo "pinta con la música".

JOVEN POR SIEMPRE

Ya durante la presentación de esta gira mundial, la leyenda viviente de la música cubana, que cumplirá 89 años el próximo noviembre, aclaró que ésta no significa la despedida definitiva de los escenarios internacionales.

"Nadie ha hablado de retiro. Yo nací para hacer esto y voy a seguir dando guerra mientras pueda", aseguró Portuondo.

"Esta gira no es la despedida definitiva de los escenarios internacionales, pero sí será la última vez que ella se presentará en países lejanos como por ejemplo Singapur o Turquía", explicó Ariel Jiménez, hijo y representante de la cantante, quien insistió en que su madre "tiene más energía que muchos jóvenes".

La intérprete, uno de los máximos exponentes vivos de la música tradicional de Cuba, viajará por más de 15 países acompañada por un cuarteto de nombres muy conocidos en la escena del jazz en la isla: el pianista Roberto Fonseca, el bajista Yandy Martínez, el baterista Ruly Herrera y Andrés Coayo en la percusión.

Durante el recorrido, Portuondo ofrece un repertorio de clásicos que "en su voz nunca suenan igual dos veces", aseguró Fonseca, al que no le "pesa parar su carrera" casi un año para acompañar a la llamada Novia del Filin, género de la canción cubana nacido en la década de 1940.

En diciembre próximo la octogenaria artista hará un alto en su natal La Habana para ofrecer un gran concierto en el que cantará varios temas de un disco en el que trabaja ahora con Fonseca.

Incansable a sus casi 90 años, Omara Portuondo también trabaja con la tradicional Orquesta Faílde en un fonograma dedicado a los 100 años del legendario Benny Moré.

Pero incluso si Último beso es realmente el último, Portuondo está determinada a seguir cantando hasta el final, aunque no sea más que en su amada Cuba, su lugar preferido para cantar.

Fonseca toca el piano a su lado y le da vuelta a las páginas. Cuando a mitad del concierto dijo al público que la cantante se tomaría una pausa para descansar, ella lo miró con sorpresa.

Mientras la acompañaba fuera del escenario, la embelesada audiencia silbaba encantada, y la animada Portuondo continuó batiendo las palmas al ritmo de las congas, ondulando la cadera sin cesar.

EL DATO

  • El Buena Vista Social Club tuvo su gira de despedida, “Adiós", en 2015 bajo el nombre "Orquesta Buena Vista Social Club", ya con menos músicos veteranos y el ingreso de nuevo talento joven.

ALGO DE SU DISCOGRAFÍA

Premio Nacional de Música 2006, suma casi una treintena de álbumes desde 1958, año en que el que debutó con su primer trabajo de estudio, el hoy mítico Magia negra.

En 2009 ganó un Grammy Latino en la categoría de música tropical por su álbum Gracias.

Recibió el premio del Gran Teatro de La Habana 2011 de manos de la bailarina Alicia Alonso y en 2018 se le otorgó el título de Doctora Honoris Causa en Arte por su aporte "trascendental" a la cultura cubana.

Omara siempre estuvo nominado a un Grammy Latino en 2018 y en enero pasado acompañó a la cantante Joss Stone en la primera presentación de la británica en la isla dentro del programa del festival Jazz Plaza de La Habana.

EN EL CAMINO

La gira mundial de la cantante arrancó el 19 de abril en el Regent Theater, de la ciudad de Los Ángeles, y durante ese mes se presentó en varias ciudades de Estados Unidos; en mayo se presenta Europa y Asia, visitando países como Holanda, Polonia, Hungría, Singapur y Corea del Sur; en junio estará en España y Canadá.

Para el mes de julio regresa a Europa y se presentará en Austria, Suiza, Rusia, Grecia, Francia e Inglaterra; mientras que en Bélgica y Finlandia estará en agosto

Para los meses de octubre y noviembre tiene previstas actuaciones en escenarios de México, Argentina, Chile y Uruguay y cerrará el año con un gran concierto en Cuba.

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