/ domingo 17 de febrero de 2019

Los tiempos exigen al cristianismo

Dentro del cristianismo, pueden resultar familiares las siguientes palabras de Jesucristo: “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres –Juan 8:32.”

Por supuesto que para el verdadero cristianismo estas palabras son verdad; entonces algo debe andar mal con el cristianismo actual y no con las palabras de Jesucristo, ya que no vemos que esta libertad se esté manifestando en el mundo, y más aún, cuando consideramos que casi la tercera parte de la población mundial dice profesar un cristianismo, de manera especial no vemos esta libertad en aquellos países donde hay una población mayoritariamente cristiana.

Para entender mejor esto, tomemos el ejemplo palpable de Venezuela, un país conformado con más del 80% de cristianos en su población, siendo el 71% católicos y el resto dividido en evangélicos, anglicanos, protestantes y otros. Sin embargo, lejos de ver la libertad, hemos sido testigos de cómo este pueblo venezolano abrazó la tiranía socialista de Chávez al votar por él en el año 1999, y ahora, después de 20 largos años están luchando para librarse de este yugo opresivo.

La escasez, la opresión, la violencia, la corrupción y el sufrimiento que están viviendo, no puede decirnos que Venezuela haya conocido la verdad que lleva a la libertad. Y algo que deja mucho que decir, es el silencio del papa Francisco respecto a Venezuela, un silencio que no vimos que ocurriera en sus comentarios políticos que pronunció contra la ley migratoria y el muro de Trump, ¿será que solo el muro de Trump merecen sus palabras, mientras que la tiranía de Maduro y el sufrimiento de millones de venezolanos que profesan la misma fe que él lidera, solo merecen su silencio bajo el título de “neutralidad positiva”?

Claro que esto no es un asunto exclusivo en Venezuela, lo vemos prácticamente en toda América Latina, incluyendo México, país catalogado con la segunda población católica más grande del mundo; nuestra historia de revoluciones, de crisis y de la búsqueda de mesías sociales, viene revelando que no hemos alcanzado la verdadera libertad de la que habla Jesucristo.

¿Será que las palabras de Jesucristo son solo una fantasía? POR SUPUESTO QUE NO; entonces, ¿qué es lo que pasa?... Jesucristo también dijo lo siguiente, al liderazgo religioso de su tiempo: “Así con la tradición que se trasmiten unos a otros, ustedes anulan la Palabra de Dios. Y hacen muchas otras cosas como estas –Marcos 7:13.”

Por los resultados, es evidente que el cristianismo actual, llámese evangélico, católico, protestante, ortodoxo, anglicano, etc. esta cometiendo el mismo error que el liderazgo religioso del tiempo de Jesucristo: anulando la Palabra de Dios en muchos aspectos; pues la Palabra de Dios es muy clara en todos los aspectos del desarrollo humano y su sociedad, sin embargo, estos aspectos no se están enseñando, ni mucho menos aplicando por el grueso del mundo cristiano.

Para señalar un ejemplo claro que aplica a los ejemplos antes mencionados: tenemos que la Palabra de Dios esta contra una forma de gobierno socialista, ya que esta forma de organización promueve el robo (el cual, entre otras formas, se hace a la clase productiva a través de una excesiva carga de impuestos) y promueve la pereza (ya que genera que quienes reciben la asistencia social se vuelvan perezosos). La Palabra de Dios, en cambio, establece una amplia protección a la propiedad privada; promueve la libertad basada en la responsabilidad individual; regula y establece un Estado limitado en sus funciones; establece una forma de gobierno que tiene su base en el principio del autogobierno; establece el libre mercado y la ética correcta en el uso del capital; esto por mencionar solo algunos aspectos; pero aborda todos y cada uno de los temas que el hombre necesita conocer y aplicar para su adecuado desarrollo en todas sus áreas.

Pero esto no se enseña en las iglesias, si fuera así, otro gallo nos cantaría. Sin lugar a dudas, los tiempos exigen al cristianismo actual una reforma, un regreso a las verdades puras reveladas en la Palabra de Dios, para que el cristianismo vuelva a ser relevante, presentando respuestas y soluciones verdaderas a los problemas que actualmente confrontamos. La verdad de la Palabra de Dios sigue ahí, no ha cambiado, lista para darnos el conocimiento que necesitamos para recuperar nuestra libertad y saber como responsabilizarnos para mantenerla en todos los aspectos de nuestra vida personal, familiar y nacional.

“Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos. –Oseas 4:6.”

  • Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Dentro del cristianismo, pueden resultar familiares las siguientes palabras de Jesucristo: “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres –Juan 8:32.”

Por supuesto que para el verdadero cristianismo estas palabras son verdad; entonces algo debe andar mal con el cristianismo actual y no con las palabras de Jesucristo, ya que no vemos que esta libertad se esté manifestando en el mundo, y más aún, cuando consideramos que casi la tercera parte de la población mundial dice profesar un cristianismo, de manera especial no vemos esta libertad en aquellos países donde hay una población mayoritariamente cristiana.

Para entender mejor esto, tomemos el ejemplo palpable de Venezuela, un país conformado con más del 80% de cristianos en su población, siendo el 71% católicos y el resto dividido en evangélicos, anglicanos, protestantes y otros. Sin embargo, lejos de ver la libertad, hemos sido testigos de cómo este pueblo venezolano abrazó la tiranía socialista de Chávez al votar por él en el año 1999, y ahora, después de 20 largos años están luchando para librarse de este yugo opresivo.

La escasez, la opresión, la violencia, la corrupción y el sufrimiento que están viviendo, no puede decirnos que Venezuela haya conocido la verdad que lleva a la libertad. Y algo que deja mucho que decir, es el silencio del papa Francisco respecto a Venezuela, un silencio que no vimos que ocurriera en sus comentarios políticos que pronunció contra la ley migratoria y el muro de Trump, ¿será que solo el muro de Trump merecen sus palabras, mientras que la tiranía de Maduro y el sufrimiento de millones de venezolanos que profesan la misma fe que él lidera, solo merecen su silencio bajo el título de “neutralidad positiva”?

Claro que esto no es un asunto exclusivo en Venezuela, lo vemos prácticamente en toda América Latina, incluyendo México, país catalogado con la segunda población católica más grande del mundo; nuestra historia de revoluciones, de crisis y de la búsqueda de mesías sociales, viene revelando que no hemos alcanzado la verdadera libertad de la que habla Jesucristo.

¿Será que las palabras de Jesucristo son solo una fantasía? POR SUPUESTO QUE NO; entonces, ¿qué es lo que pasa?... Jesucristo también dijo lo siguiente, al liderazgo religioso de su tiempo: “Así con la tradición que se trasmiten unos a otros, ustedes anulan la Palabra de Dios. Y hacen muchas otras cosas como estas –Marcos 7:13.”

Por los resultados, es evidente que el cristianismo actual, llámese evangélico, católico, protestante, ortodoxo, anglicano, etc. esta cometiendo el mismo error que el liderazgo religioso del tiempo de Jesucristo: anulando la Palabra de Dios en muchos aspectos; pues la Palabra de Dios es muy clara en todos los aspectos del desarrollo humano y su sociedad, sin embargo, estos aspectos no se están enseñando, ni mucho menos aplicando por el grueso del mundo cristiano.

Para señalar un ejemplo claro que aplica a los ejemplos antes mencionados: tenemos que la Palabra de Dios esta contra una forma de gobierno socialista, ya que esta forma de organización promueve el robo (el cual, entre otras formas, se hace a la clase productiva a través de una excesiva carga de impuestos) y promueve la pereza (ya que genera que quienes reciben la asistencia social se vuelvan perezosos). La Palabra de Dios, en cambio, establece una amplia protección a la propiedad privada; promueve la libertad basada en la responsabilidad individual; regula y establece un Estado limitado en sus funciones; establece una forma de gobierno que tiene su base en el principio del autogobierno; establece el libre mercado y la ética correcta en el uso del capital; esto por mencionar solo algunos aspectos; pero aborda todos y cada uno de los temas que el hombre necesita conocer y aplicar para su adecuado desarrollo en todas sus áreas.

Pero esto no se enseña en las iglesias, si fuera así, otro gallo nos cantaría. Sin lugar a dudas, los tiempos exigen al cristianismo actual una reforma, un regreso a las verdades puras reveladas en la Palabra de Dios, para que el cristianismo vuelva a ser relevante, presentando respuestas y soluciones verdaderas a los problemas que actualmente confrontamos. La verdad de la Palabra de Dios sigue ahí, no ha cambiado, lista para darnos el conocimiento que necesitamos para recuperar nuestra libertad y saber como responsabilizarnos para mantenerla en todos los aspectos de nuestra vida personal, familiar y nacional.

“Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento, yo también te rechazaré para que no seas mi sacerdote; como has olvidado la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos. –Oseas 4:6.”

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