Los hermanos Pedro y Raquel viven dos realidades distintas, pero igual de complicadas. Por un lado, siguen esperando noticias de sus familiares damnificados en el estado de Guerrero y, por otra parte, ven con temor en las noticias que el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció un nuevo intento por “castigar” a los migrantes. Pedro y Raquel dejaron el maravilloso puerto de Acapulco hace siete años para buscar en Dallas mejorar las condiciones de vida de sus padres, a quienes el huracán Otis les acaba de quitar absolutamente todo. La vida da este tipo de golpes y, mientras algunos (como el gobernador Abbott) se empeñan en destruir la esperanza de millones de personas que llegaron a los Estados Unidos con el único deseo de salir adelante, los migrantes no se dan por vencidos. No sólo dan vitalidad a la economía de la Unión Americana para convertirla en la más importante del mundo, también se organizan para ayudar a reconstruir la tierra que los vio nacer, como lo hacen Pedro y Raquel, ahora que Guerrero sufrió esta terrible catástrofe.
Justo ahora, en Estados Unidos se muestran las dos caras de la moneda en cuestión de política migratoria. Los demócratas se preparan para presentar en el Congreso un nuevo plan de reforma migratoria. “Lo estamos haciendo para ajustarnos a la era moderna y atacar los problemas más urgentes que se viven tanto en la frontera como en el interior del país, para darle oportunidad a los millones de indocumentados”, comentó en una entrevista el congresista Gabriel “Gabe” Vásquez, un inmigrante originario de Chihuahua, México, quien lidera esta propuesta. Dicho plan contempla cinco ejes: fortalecimiento de la fuerza laboral para abrir un camino a la residencia, detención del tráfico organizado de personas, protección fronteriza inteligente, a través de la tecnología; responsabilidad humana para mejorar los centros de detención, y apoyo a la fuerza laboral agrícola para modernizar el programa de visas H2A. En papel, la propuesta luce bien, sin embargo, los demócratas, encabezados por Joe Biden, prometieron en su última campaña presidencial una reforma Integral y, al día de hoy, no se ha visto.
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, no sólo se empeña en parecerse cada vez más al polémico Donald Trump, sino que, incluso, lo ha superado ya en algunas ocasiones. Abbot lanzó una propuesta de ley denominada HB4, la cual contempla una serie de medidas que podrían afectar gravemente a los migrantes. Entre otras cosas, esta iniciativa pretende que se les permita a los policías locales arrestar y expulsar del estado a personas indocumentadas, facultad que sólo tiene el gobierno federal. Asimismo, contempla sancionar con hasta 10 años de cárcel a quien viva o traslade a migrantes indocumentados. Además de la represión y afectación a los derechos humanos de miles de personas, ¿qué podría generar esta ley, en caso de ser aprobada el primero de diciembre? Que los migrantes irregulares de Texas busquen en otro estado de la Unión Americana una oportunidad, como sucedió en el estado de Florida, por la ley que instauró Ron DeSantis.
Mientras en Estados Unidos se da esta terrible contradicción en las formas de ver y atender la migración, en México, para pesar de Pedro y Raquel, seguimos tratando de solucionar la tragedia de Guerrero con formas igual de discordantes. El gobierno federal ahora da tumbos (al menos ya no son atascos) para hacer llegar con prontitud la ayuda que necesitan con urgencia nuestros hermanos guerrerenses. Por su lado, Xóchitl Gálvez Ruiz, senadora de la república y coordinadora del Frente Amplio por México, presentó la Ley de Emergencia para sacar adelante hoy a Guerrero y después a quien lo necesite. Dicha propuesta busca que el gobierno federal apoye las zonas afectadas con 50 mil millones de pesos para la reconstrucción, seguro de desempleo y empleo temporal; apoyos para el transporte al reducir el impuesto a la gasolina; que la Comisión Federal de Electricidad no suspenda su servicio; apoyo a personas con créditos a la vivienda; apoyos fiscales a las micro, pequeñas y medianas empresas; y acuerdos con empresarios para que no despidan a sus trabajadores.
¿Por qué hablar en el mismo texto de los contrastes que se dan hoy en día en Estados Unidos y en México? Porque nos encontramos a menos de un año de que se desarrollen las contiendas presidenciales de ambos países y es importante estar atentos a todo. Por lo pronto, Pedro y Raquel no ocultan su incertidumbre ante las necedades de Abbott, pero eso no impide que organicen a más migrantes guerrerenses que habitan en Dallas para enviar numerosas remesas para reconstruir Acapulco. También, dicen Pedro y Raquel: “Tenemos nuestra credencial del INE, ya nos registramos para votar el 2024 y vamos a corregir el rumbo de México!”
Y tú, ¿qué opinas?
Coordinador Nacional de Acción Migrante del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional
Facebook @juanhernandez.org
Twitter @JuanHernadezS