/ domingo 8 de julio de 2018

La Justicia de la paz y la Justicia de la democracia

Arribamos al fin del sexenio con un toque de desorientación porque no podemos negar que se siente un gran vacío de poder, se percibe una ausencia de estrategias, que al final de cuentas, las pocas que se emprendieron no fueron suficientes para apagar la ola de violencia, los homicidios, robos, asaltos y todo tipos de atropellos que el pueblo mexicano ha tenido que enfrentar en estos últimos 20 años.

    Con las elecciones próximas pasadas del  1 de julio, quedó claro que bastaron 30 millones de votos para que el país entendiera que  requiere un cambio total y darse el lujo de repetir aquella frase que decía: “el jefe no se equivoca, y si lo hace, vuelve a mandar” y parafraseando ésta, diríamos: “el pueblo no se equivoca, y si lo hace, vuelve a votar.” Y hoy, sin duda alguna, el gran ganador en esta jornada electoral, es la democracia, hoy nace un nuevo México, en donde es de destacar que los demás participantes han reconocido cuando hay un triunfador inobjetable. La patria, es por delante y será quien reciba los mejores beneficios que conlleva el bien común. Considero que  era necesario puntualizar lo anterior en esta columna .

Ahora nos toca  ocuparnos de lo que serán las nuevas políticas, por lo que me permitiré engarzar dos eventos futuros, el primero, es que se ha anunciado lo que han llamado  garantías para los poderes judiciales de los Estados , en donde se establecerá que en cada Estado de la República deberá destinar un porcentaje de presupuesto de egresos por default, sin necesidad de cabildeo en los Congresos o con los Gobernadores. El segundo, se vislumbra como la inamovilidad para los jueces y magistrados, el argumento es que no se puede estar a la voluntad  de los congresos o políticos, quienes podían sustituir a un juez que no resolvía algún asunto judicial de acuerdo a los intereses dictados de éste. El tercero, es la carrera judicial, es decir, que para poder llegar a ser juez o magistrado, deberán de tener los estudios y preparación para poder ostentar ese cargo, y el cuarto, un haber de retiro, para garantizarles que cuando han servido al Poder Judicial durante su vida profesional como jueces, tengan garantizado una cantidad de dinero suficiente para su jubilación, estos renglones que cito, lo establecerán para hacer efectiva la independencia y autonomía de los poderes judiciales.

En este contexto, tenemos que participar directamente en estas nuevas políticas que tienen que ver con la impartición de justicia. Desde mi particular punto de vista, en cuanto a los porcentajes del presupuesto de egresos para el  funcionamiento de los poderes judiciales, me parece loable que se determine este porcentaje sin escatimar el mismo, toda vez, que dependiendo de la estructura, sueldos y logística de los poderes judiciales, puede haber una mejor impartición de justicia.

Sin embargo, en cuanto, a la inamovilidad no me parece lo más acertado, puesto que, tenemos que visualizar que tanto jueces como magistrados son falibles, y considero que su trabajo debe de destacarse en cuanto a su actuar en cada una de las diligencias y sentencias en las cuales intervengan porque si les damos fuero, es decir, que independientemente de su comportamiento judicial en cuanto a sus resoluciones y trato con los justiciables, podríamos generar jueces intocables y esto no es sano, porque si exageramos podríamos caer en aquellos vicios, es como si le diéramos  una pistola y una placa a una persona sin preparación para ser policía y éste se convierte en un salvaje torturador, en lugar de ser garante de la paz pública, y así mismo un juez, al momento de ponerse su toga y darle el mallete, podría caer en excesos. Lo anterior lo digo con todo el respeto que me merecen los jueces que se preparan día a día para impartir justicia, y como ejemplo, cito: “que existe una figura jurídica donde se puede recusar” a un juez por alguna de las partes, por tener conflicto der intereses o incluso, el propio juez o magistrado, puede excusarse de conocer algún asunto por algún motivo en especial. En cuanto a un haber derretido, también me parece correcto, siempre y cuando, sea conforme a la Ley Federal del Trabajo. La carrera judicial es una excelente idea, que permitirá que lleguen los más preparados, sin importar la edad, dando oportunidad a los jueces jóvenes.

Ahora bien, ya que estamos hablando del tema de leyes permítanme engarzar el mismo con este próximo 12 de julio que se celebrará el Día del Abogado  a los cuales, a priori, felicito desde esta tribuna y me regocijo por pertenecer a este gran gremio, lanzándoles el siguiente reto de que sigan esforzándose y entregándose a su profesión, especialmente a los laboristas, civilistas, a los que llevan el área agraria, fiscal, penal, mercantil, administrativa o amparo, a todos ellos sin distingo de edad o universidad, independientemente del área en la que se encuentren inmersos,  sea ésta la académica, judicial o política o como postulantes del derecho, pero que todos llevemos siempre por delante los altos valores de la ética y lealtad en el libre ejercicio, en favor de los justiciables, que no se nos olvide que somos los garantes de la igualdad y la equidad. Me despido con un pensamiento de Hans Kelsen, quien menciona que la democracia es por su naturaleza íntima libertad y la libertad significa tolerancia, no existe otra forma de gobierno para la ciencia que la democracia y por ende remata que es la justicia de la libertad, la justicia de la paz , la justicia de la democracia y la justicia de la tolerancia.

                                     Galvantorres33@hotmail.com

Arribamos al fin del sexenio con un toque de desorientación porque no podemos negar que se siente un gran vacío de poder, se percibe una ausencia de estrategias, que al final de cuentas, las pocas que se emprendieron no fueron suficientes para apagar la ola de violencia, los homicidios, robos, asaltos y todo tipos de atropellos que el pueblo mexicano ha tenido que enfrentar en estos últimos 20 años.

    Con las elecciones próximas pasadas del  1 de julio, quedó claro que bastaron 30 millones de votos para que el país entendiera que  requiere un cambio total y darse el lujo de repetir aquella frase que decía: “el jefe no se equivoca, y si lo hace, vuelve a mandar” y parafraseando ésta, diríamos: “el pueblo no se equivoca, y si lo hace, vuelve a votar.” Y hoy, sin duda alguna, el gran ganador en esta jornada electoral, es la democracia, hoy nace un nuevo México, en donde es de destacar que los demás participantes han reconocido cuando hay un triunfador inobjetable. La patria, es por delante y será quien reciba los mejores beneficios que conlleva el bien común. Considero que  era necesario puntualizar lo anterior en esta columna .

Ahora nos toca  ocuparnos de lo que serán las nuevas políticas, por lo que me permitiré engarzar dos eventos futuros, el primero, es que se ha anunciado lo que han llamado  garantías para los poderes judiciales de los Estados , en donde se establecerá que en cada Estado de la República deberá destinar un porcentaje de presupuesto de egresos por default, sin necesidad de cabildeo en los Congresos o con los Gobernadores. El segundo, se vislumbra como la inamovilidad para los jueces y magistrados, el argumento es que no se puede estar a la voluntad  de los congresos o políticos, quienes podían sustituir a un juez que no resolvía algún asunto judicial de acuerdo a los intereses dictados de éste. El tercero, es la carrera judicial, es decir, que para poder llegar a ser juez o magistrado, deberán de tener los estudios y preparación para poder ostentar ese cargo, y el cuarto, un haber de retiro, para garantizarles que cuando han servido al Poder Judicial durante su vida profesional como jueces, tengan garantizado una cantidad de dinero suficiente para su jubilación, estos renglones que cito, lo establecerán para hacer efectiva la independencia y autonomía de los poderes judiciales.

En este contexto, tenemos que participar directamente en estas nuevas políticas que tienen que ver con la impartición de justicia. Desde mi particular punto de vista, en cuanto a los porcentajes del presupuesto de egresos para el  funcionamiento de los poderes judiciales, me parece loable que se determine este porcentaje sin escatimar el mismo, toda vez, que dependiendo de la estructura, sueldos y logística de los poderes judiciales, puede haber una mejor impartición de justicia.

Sin embargo, en cuanto, a la inamovilidad no me parece lo más acertado, puesto que, tenemos que visualizar que tanto jueces como magistrados son falibles, y considero que su trabajo debe de destacarse en cuanto a su actuar en cada una de las diligencias y sentencias en las cuales intervengan porque si les damos fuero, es decir, que independientemente de su comportamiento judicial en cuanto a sus resoluciones y trato con los justiciables, podríamos generar jueces intocables y esto no es sano, porque si exageramos podríamos caer en aquellos vicios, es como si le diéramos  una pistola y una placa a una persona sin preparación para ser policía y éste se convierte en un salvaje torturador, en lugar de ser garante de la paz pública, y así mismo un juez, al momento de ponerse su toga y darle el mallete, podría caer en excesos. Lo anterior lo digo con todo el respeto que me merecen los jueces que se preparan día a día para impartir justicia, y como ejemplo, cito: “que existe una figura jurídica donde se puede recusar” a un juez por alguna de las partes, por tener conflicto der intereses o incluso, el propio juez o magistrado, puede excusarse de conocer algún asunto por algún motivo en especial. En cuanto a un haber derretido, también me parece correcto, siempre y cuando, sea conforme a la Ley Federal del Trabajo. La carrera judicial es una excelente idea, que permitirá que lleguen los más preparados, sin importar la edad, dando oportunidad a los jueces jóvenes.

Ahora bien, ya que estamos hablando del tema de leyes permítanme engarzar el mismo con este próximo 12 de julio que se celebrará el Día del Abogado  a los cuales, a priori, felicito desde esta tribuna y me regocijo por pertenecer a este gran gremio, lanzándoles el siguiente reto de que sigan esforzándose y entregándose a su profesión, especialmente a los laboristas, civilistas, a los que llevan el área agraria, fiscal, penal, mercantil, administrativa o amparo, a todos ellos sin distingo de edad o universidad, independientemente del área en la que se encuentren inmersos,  sea ésta la académica, judicial o política o como postulantes del derecho, pero que todos llevemos siempre por delante los altos valores de la ética y lealtad en el libre ejercicio, en favor de los justiciables, que no se nos olvide que somos los garantes de la igualdad y la equidad. Me despido con un pensamiento de Hans Kelsen, quien menciona que la democracia es por su naturaleza íntima libertad y la libertad significa tolerancia, no existe otra forma de gobierno para la ciencia que la democracia y por ende remata que es la justicia de la libertad, la justicia de la paz , la justicia de la democracia y la justicia de la tolerancia.

                                     Galvantorres33@hotmail.com