/ lunes 31 de mayo de 2021

La Educación ¿Domestica?

Reflexión en el aula: ¿Es la Educación un proceso que domestica conciencias? No lo considero así, aunque nuestro País, no ha quedado exento de éste modelo educativo, en donde la obediencia y el sometimiento fueron los métodos empleados por excelencia, bajo la premisa de que el SABER era privilegio de unos y excluyente de la gran mayoría poblacional.

Este postulado se ha mantenido vigente no sólo en los espacios educativos, también en lo social y político. Paulo Freire, pensador latinoamericano, señala que a diferencia del animal, el hombre no solo observa y contempla la realidad, va más allá, la reflexiona y la transforma.

El Educador en ésta concepción filosófica de la Educación, funda su práctica pedagógica no en la transmisión de saberes o en la acumulación pasiva de los mismos, por el contrario, su práctica docente, es un ejercicio indagatorio, de búsqueda por desvelar dogmas, mitos, creencias, conciencia individual y social.

Compleja es la labor del educador, totalmente contradictoria a lo que dicta el sentido común, donde se afirma que el maestro se ocupa por dar clase. En esta dimensión el maestro es un facilitador de un proceso formativo sustantivo: CONQUISTAR LA LIBERTAD como el valor superior de nuestra condición humana.

Resulta impreciso dejar de reconocer que los educadores se enfrentan a fuerzas sociales contrarias a su práctica liberadora, el niño y el joven participan en un mundo social que inhibe y fractura el conocimiento de sí mismo, que alimenta su enajenación como propósito de quienes aspiran a conquistarnos vulnerando a la población que representa nuestra mayor riqueza humana.

Aprecio en los maestros su vocación liberadora, principio ético y profesional que los ha distinguido en la historia y enaltece su elevada contribución al Bienestar Humano.


¡Educadores por la Paz!





Reflexión en el aula: ¿Es la Educación un proceso que domestica conciencias? No lo considero así, aunque nuestro País, no ha quedado exento de éste modelo educativo, en donde la obediencia y el sometimiento fueron los métodos empleados por excelencia, bajo la premisa de que el SABER era privilegio de unos y excluyente de la gran mayoría poblacional.

Este postulado se ha mantenido vigente no sólo en los espacios educativos, también en lo social y político. Paulo Freire, pensador latinoamericano, señala que a diferencia del animal, el hombre no solo observa y contempla la realidad, va más allá, la reflexiona y la transforma.

El Educador en ésta concepción filosófica de la Educación, funda su práctica pedagógica no en la transmisión de saberes o en la acumulación pasiva de los mismos, por el contrario, su práctica docente, es un ejercicio indagatorio, de búsqueda por desvelar dogmas, mitos, creencias, conciencia individual y social.

Compleja es la labor del educador, totalmente contradictoria a lo que dicta el sentido común, donde se afirma que el maestro se ocupa por dar clase. En esta dimensión el maestro es un facilitador de un proceso formativo sustantivo: CONQUISTAR LA LIBERTAD como el valor superior de nuestra condición humana.

Resulta impreciso dejar de reconocer que los educadores se enfrentan a fuerzas sociales contrarias a su práctica liberadora, el niño y el joven participan en un mundo social que inhibe y fractura el conocimiento de sí mismo, que alimenta su enajenación como propósito de quienes aspiran a conquistarnos vulnerando a la población que representa nuestra mayor riqueza humana.

Aprecio en los maestros su vocación liberadora, principio ético y profesional que los ha distinguido en la historia y enaltece su elevada contribución al Bienestar Humano.


¡Educadores por la Paz!