/ jueves 17 de febrero de 2022

Fuera de Agenda | Tráfico de armas en la Sedena

En la disputa por las patentes entre México y Alemania a raíz de la fabricación del fusil FX-05 “Xiuhcoatl”, elaborado por la dirección general de Industria Militar (DGIM) a finales del sexenio de Vicente Fox y utilizado en los primeros meses del gobierno calderonista, la Secretaría de la Defensa Nacional tuvo que ordenar la destrucción de alrededor de 50 mil fusiles como parte del acuerdo a que llegó con la empresa alemana Heckler and Koch, propietaria de las licencias que argumentaba violación de patentes.

La denuncia de que la industria militar mexicana plagió parte del fusil HK G-36V que hizo la empresa alemana en aquel tiempo, fue minimizada por la Sedena y rechazó que el “Xiuhcoatl” fuera una copia. En las administraciones pasadas el caso fue archivado, sin embargo el tema volvió a ser recordado durante la celebración de un consejo de guerra contra dos militares acusados de sustraer 10 granadas de lanzacohetes para presuntamente entregarlas a integrantes de la delincuencia organizada. La carpeta de investigación del caso consignó que sólo ocho granadas fueron puestas a disposición de la autoridad ministerial. De las dos restantes no se saba nada.

La revelación que exhibió cómo se sustraen armas en unidades del Ejército ocurrió en la exposición de un oficial de materiales de guerra, utilizado como perito especialista durante el consejo de guerra que se celebró el año pasado contra dos militares de tropa del 60 batallón de infantería con sede en Esperanza, en el municipio de Cajeme, Sonora.

El especialista decía que las posibilidades que la dirección general de materiales de guerra cometa un error, pueden ser una entre mil. Recordó que antes del expediente de las granadas tuvo en sus manos una carpeta de investigación de otro caso que incluía para su estudio un fusil FX, que fue decomisado junto a un vehículo blanco, cartuchos y bolsas con mariguana. El fusil era de color negro, medía aproximadamente 92 a 93 centímetros, y su decomiso había provocado todo un escándalo porque la matrícula del arma coincidía con el de un regimiento en Celaya, Guanajuato. Relató que tuvo el arma de la matrícula original frente a él en presencia del segundo comandante de la unidad donde estaba asignada. La matrícula era la misma pero no el arma. A la hora de analizar corroboró que una matrícula era del fusil color negro, el otro pertenecía a una carabina color verde.

Entonces recordó que hace varios años se fabricaron alrededor de 50 mil fusiles carabina color verde. A raíz del “mal entendido industrial” entre Alemania y México se dio la orden de la destrucción de esos fusiles. El oficial planteó que el fusil FX decomisado a la delincuencia alguien “lo extrajo” del lote que se ordenó destruir en aquel momento.

¿Era el único armamento sustraído del lote de fusiles FX-05 que ordenaron destruir por la disputa de patentes? Lo que se exhibió en esa audiencia, cuyo fragmento circula en redes sociales, es la punta del iceberg de la corrupción interna en el Ejército y de los malos manejos que existen en la Sedena. Y como sucedió con la información del caso de acusación por plagio del fusil “Xiuhcoatl”, al final este tipo de irregularidades es declarada información reservada.

@velediaz424

En la disputa por las patentes entre México y Alemania a raíz de la fabricación del fusil FX-05 “Xiuhcoatl”, elaborado por la dirección general de Industria Militar (DGIM) a finales del sexenio de Vicente Fox y utilizado en los primeros meses del gobierno calderonista, la Secretaría de la Defensa Nacional tuvo que ordenar la destrucción de alrededor de 50 mil fusiles como parte del acuerdo a que llegó con la empresa alemana Heckler and Koch, propietaria de las licencias que argumentaba violación de patentes.

La denuncia de que la industria militar mexicana plagió parte del fusil HK G-36V que hizo la empresa alemana en aquel tiempo, fue minimizada por la Sedena y rechazó que el “Xiuhcoatl” fuera una copia. En las administraciones pasadas el caso fue archivado, sin embargo el tema volvió a ser recordado durante la celebración de un consejo de guerra contra dos militares acusados de sustraer 10 granadas de lanzacohetes para presuntamente entregarlas a integrantes de la delincuencia organizada. La carpeta de investigación del caso consignó que sólo ocho granadas fueron puestas a disposición de la autoridad ministerial. De las dos restantes no se saba nada.

La revelación que exhibió cómo se sustraen armas en unidades del Ejército ocurrió en la exposición de un oficial de materiales de guerra, utilizado como perito especialista durante el consejo de guerra que se celebró el año pasado contra dos militares de tropa del 60 batallón de infantería con sede en Esperanza, en el municipio de Cajeme, Sonora.

El especialista decía que las posibilidades que la dirección general de materiales de guerra cometa un error, pueden ser una entre mil. Recordó que antes del expediente de las granadas tuvo en sus manos una carpeta de investigación de otro caso que incluía para su estudio un fusil FX, que fue decomisado junto a un vehículo blanco, cartuchos y bolsas con mariguana. El fusil era de color negro, medía aproximadamente 92 a 93 centímetros, y su decomiso había provocado todo un escándalo porque la matrícula del arma coincidía con el de un regimiento en Celaya, Guanajuato. Relató que tuvo el arma de la matrícula original frente a él en presencia del segundo comandante de la unidad donde estaba asignada. La matrícula era la misma pero no el arma. A la hora de analizar corroboró que una matrícula era del fusil color negro, el otro pertenecía a una carabina color verde.

Entonces recordó que hace varios años se fabricaron alrededor de 50 mil fusiles carabina color verde. A raíz del “mal entendido industrial” entre Alemania y México se dio la orden de la destrucción de esos fusiles. El oficial planteó que el fusil FX decomisado a la delincuencia alguien “lo extrajo” del lote que se ordenó destruir en aquel momento.

¿Era el único armamento sustraído del lote de fusiles FX-05 que ordenaron destruir por la disputa de patentes? Lo que se exhibió en esa audiencia, cuyo fragmento circula en redes sociales, es la punta del iceberg de la corrupción interna en el Ejército y de los malos manejos que existen en la Sedena. Y como sucedió con la información del caso de acusación por plagio del fusil “Xiuhcoatl”, al final este tipo de irregularidades es declarada información reservada.

@velediaz424