/ jueves 13 de febrero de 2020

El impacto de los mexicanos en Frisco

No se puede hablar de San Francisco, California, o Frisco como se le conoce coloquialmente, sin reconocer el impacto que México y los mexicanos han tenido en los orígenes y desarrollo de la ciudad-condado.

Esta influencia se expresa de inmediato a través de los nombres en español que se encuentran en muchas de las calles, vecindarios y edificios, empezando por el del propio San Francisco, como resultado del coloniaje español compartido. Pero, más allá, de la historia y antecedentes que nos vinculan, San Francisco ha recibido continuamente la influencia de los mexicanos, cerca de la cuarta parte de ellos de la región del Bajío, con posterioridad a nuestra independencia de España y la anexión de California a Estados Unidos.

La primera representación consular mexicana en la costa oeste de Estados Unidos se abrió en San Francisco en 1848, inmediatamente después del fin de la guerra México-norteamericana. Al poco tiempo, empezaron a llegar junto con personas de diversas partes del mundo, mineros mexicanos, precisamente de nuestras zonas mineras del Bajío, atraídos por la famosa fiebre del oro en 1850. Estos mexicanos se sumaron a la población de origen mexicano que había quedado en California, y fueron éstos, los primeros en empezar la tradición de celebrar el 5 de mayo en Estados Unidos en 1862, dolidos por la pérdida reciente de territorio mexicano, y sintiéndose animados por la victoria mexicana frente al muy poderoso ejército francés en la famosa batalla de Puebla.

Ya en el siglo XX y después del terrible terremoto que casi destruyó San Francisco en 1906, llegaron más de dos décadas después Diego Rivera y Frida Kahlo, a pasar una estancia de trabajo artístico de nuestro gran maestro muralista, lo que también permitió a Frida comenzar a mostrar la belleza de los trajes típicos mexicanos e influir ambos en la cultura latina de la ciudad.

Un poco más de una década posterior, se multiplicó la presencia de mexicanos con la llegada de los trabajadores agrícolas mexicanos del programa bracero que duró de 1942 a 1964. Esto facilitó que lo que ahora se conoce como el vecindario de la Misión fuera mayoritariamente habitado por mexicanos y le dieran el carácter que aún preserva, con sus restaurantes de comida mexicana y diversas otras manifestaciones de la cultura de México, como los murales inspirados en el maestro Rivera.

En 1966 el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz donó una réplica de la campana de Dolores y, en 2004, el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, donó una réplica de cabeza olmeca.

La década de 1990 fue testigo de la llegada de numerosos mayas mexicanos al famoso vecindario de la Misión que han contribuido con su trabajo, como los demás compatriotas, a la prosperidad de esta ciudad.

La influencia mexicana aumentó con el arribo de profesionistas, académicos, artistas y empresarios de México buscando aprovechar las oportunidades que ha creado el clima tecnológico, de innovación e inversión que caracteriza actualmente a San Francisco y la llamada Área de la Bahía, que incluye al Valle del Silicio. En estos campos, los jaliscienses han sido particularmente activos.

Para celebrar dos grandes exhibiciones de Diego y Frida que se tendrán en la ciudad, el Consulado mexicano ha denominado a 2020, año de México en San Francisco, esperando que nuestros compatriotas de aquí y de México se unan a nosotros en este festejo.

No se puede hablar de San Francisco, California, o Frisco como se le conoce coloquialmente, sin reconocer el impacto que México y los mexicanos han tenido en los orígenes y desarrollo de la ciudad-condado.

Esta influencia se expresa de inmediato a través de los nombres en español que se encuentran en muchas de las calles, vecindarios y edificios, empezando por el del propio San Francisco, como resultado del coloniaje español compartido. Pero, más allá, de la historia y antecedentes que nos vinculan, San Francisco ha recibido continuamente la influencia de los mexicanos, cerca de la cuarta parte de ellos de la región del Bajío, con posterioridad a nuestra independencia de España y la anexión de California a Estados Unidos.

La primera representación consular mexicana en la costa oeste de Estados Unidos se abrió en San Francisco en 1848, inmediatamente después del fin de la guerra México-norteamericana. Al poco tiempo, empezaron a llegar junto con personas de diversas partes del mundo, mineros mexicanos, precisamente de nuestras zonas mineras del Bajío, atraídos por la famosa fiebre del oro en 1850. Estos mexicanos se sumaron a la población de origen mexicano que había quedado en California, y fueron éstos, los primeros en empezar la tradición de celebrar el 5 de mayo en Estados Unidos en 1862, dolidos por la pérdida reciente de territorio mexicano, y sintiéndose animados por la victoria mexicana frente al muy poderoso ejército francés en la famosa batalla de Puebla.

Ya en el siglo XX y después del terrible terremoto que casi destruyó San Francisco en 1906, llegaron más de dos décadas después Diego Rivera y Frida Kahlo, a pasar una estancia de trabajo artístico de nuestro gran maestro muralista, lo que también permitió a Frida comenzar a mostrar la belleza de los trajes típicos mexicanos e influir ambos en la cultura latina de la ciudad.

Un poco más de una década posterior, se multiplicó la presencia de mexicanos con la llegada de los trabajadores agrícolas mexicanos del programa bracero que duró de 1942 a 1964. Esto facilitó que lo que ahora se conoce como el vecindario de la Misión fuera mayoritariamente habitado por mexicanos y le dieran el carácter que aún preserva, con sus restaurantes de comida mexicana y diversas otras manifestaciones de la cultura de México, como los murales inspirados en el maestro Rivera.

En 1966 el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz donó una réplica de la campana de Dolores y, en 2004, el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, donó una réplica de cabeza olmeca.

La década de 1990 fue testigo de la llegada de numerosos mayas mexicanos al famoso vecindario de la Misión que han contribuido con su trabajo, como los demás compatriotas, a la prosperidad de esta ciudad.

La influencia mexicana aumentó con el arribo de profesionistas, académicos, artistas y empresarios de México buscando aprovechar las oportunidades que ha creado el clima tecnológico, de innovación e inversión que caracteriza actualmente a San Francisco y la llamada Área de la Bahía, que incluye al Valle del Silicio. En estos campos, los jaliscienses han sido particularmente activos.

Para celebrar dos grandes exhibiciones de Diego y Frida que se tendrán en la ciudad, el Consulado mexicano ha denominado a 2020, año de México en San Francisco, esperando que nuestros compatriotas de aquí y de México se unan a nosotros en este festejo.

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