/ lunes 10 de mayo de 2021

El Espectador | Bloquean otra vez a China Railway en México

Gao Feng, presidente de CRRC México, le envió una carta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la que le solicita que se permita la competencia en las mismas condiciones en las licitaciones del Tren Maya. La misiva, recibida el pasado 5 de mayo en Palacio Nacional, dice que tienen un gran interés en el proyecto, tanto como para prometer construir una fábrica en el país.

“Podemos optimizar los tiempos de entrega a 19 meses contra los 24 meses solicitados en las bases. Para ello se montará una fábrica en México para el ensamble de los equipos. Creemos que el componente mexicano tiene un gran valor y dentro de nuestros planes de crecimiento, queremos que México sea nuestra sede de fabricación a nivel Latinoamérica”, escribe Gao Feng.

La subsidiaria de China Railway le recuerda que cuentan con gran experiencia en esta nación y que están comprometidos con su desarrollo y transformación.

“Actualmente contamos con presencia en México y hemos suministrado 26 vagones en la línea 1, 2 y 3 para el Sistema de Transporte Colectivo Metro, incluyendo el diseño, fabricación y transportación de los vehículos en solo 12 meses”.

CRRC tiene proyectos en todo el mundo y es una de las empresas más poderosas por ventas y desarrollo de tecnología. Su sede está en Beijing, pero tiene 46 subsidiarias distribuidas en todos los continentes.

Entre esas experiencias en México, no hay que olvidar, está una que hizo que este país ocupara espacios importantes en la prensa china. Ellos fueron los ganadores del contrato para la construcción del Tren México-Querétaro durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Y a ellos les revocaron los negocios otorgados al revelarse que la esposa del mandatario en ese entonces, la actriz de Televisa Angélica Rivera, era dueña de una mansión que perteneció a Grupo Higa, contratista con participación en Teya, socia de CRCC. Fue el escándalo de la Casa Blanca que sacó a la luz el periodista Daniel Lizárraga y que le costó millones de dólares al gobierno de México.

Lo cierto es que eso no es lo único que les impide tener gran participación en el Tren Maya y subsidiar incluso su creación acelerada.

Hace unos años, durante una charla con Rogelio Jiménez Pons, director del Fonatur, le recordamos que los empresarios chinos estaban dispuestos a prácticamente regalar su tecnología para seguir ganando territorios en todo el planeta. Le preguntamos qué pasaría si les ofrecieran patrocinar el proyecto. Y él dijo que eso no sería posible, pues no querían hacer enojar al gobierno de Estados Unidos.

Gao Feng decidió al final no presentar propuestas para el “Suministro de Material Rodante y Sistemas Ferroviarios el Tren Maya”, porque considera que las bases favorecen claramente a Alston y a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).

“Sin duda Fonatur se perdió de una gran oferta y de un gran consorcio”, nos cuentan los chinos.

Y nosotros les recordamos que no sería la primera vez que esto pasa. Seguramente Estados Unidos, como sufre Huawei en la región, no los dejará hacer negocios tan fácilmente. Y menos si prometen construir una base de operaciones para toda América Latina aquí.

Gao Feng, presidente de CRRC México, le envió una carta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la que le solicita que se permita la competencia en las mismas condiciones en las licitaciones del Tren Maya. La misiva, recibida el pasado 5 de mayo en Palacio Nacional, dice que tienen un gran interés en el proyecto, tanto como para prometer construir una fábrica en el país.

“Podemos optimizar los tiempos de entrega a 19 meses contra los 24 meses solicitados en las bases. Para ello se montará una fábrica en México para el ensamble de los equipos. Creemos que el componente mexicano tiene un gran valor y dentro de nuestros planes de crecimiento, queremos que México sea nuestra sede de fabricación a nivel Latinoamérica”, escribe Gao Feng.

La subsidiaria de China Railway le recuerda que cuentan con gran experiencia en esta nación y que están comprometidos con su desarrollo y transformación.

“Actualmente contamos con presencia en México y hemos suministrado 26 vagones en la línea 1, 2 y 3 para el Sistema de Transporte Colectivo Metro, incluyendo el diseño, fabricación y transportación de los vehículos en solo 12 meses”.

CRRC tiene proyectos en todo el mundo y es una de las empresas más poderosas por ventas y desarrollo de tecnología. Su sede está en Beijing, pero tiene 46 subsidiarias distribuidas en todos los continentes.

Entre esas experiencias en México, no hay que olvidar, está una que hizo que este país ocupara espacios importantes en la prensa china. Ellos fueron los ganadores del contrato para la construcción del Tren México-Querétaro durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Y a ellos les revocaron los negocios otorgados al revelarse que la esposa del mandatario en ese entonces, la actriz de Televisa Angélica Rivera, era dueña de una mansión que perteneció a Grupo Higa, contratista con participación en Teya, socia de CRCC. Fue el escándalo de la Casa Blanca que sacó a la luz el periodista Daniel Lizárraga y que le costó millones de dólares al gobierno de México.

Lo cierto es que eso no es lo único que les impide tener gran participación en el Tren Maya y subsidiar incluso su creación acelerada.

Hace unos años, durante una charla con Rogelio Jiménez Pons, director del Fonatur, le recordamos que los empresarios chinos estaban dispuestos a prácticamente regalar su tecnología para seguir ganando territorios en todo el planeta. Le preguntamos qué pasaría si les ofrecieran patrocinar el proyecto. Y él dijo que eso no sería posible, pues no querían hacer enojar al gobierno de Estados Unidos.

Gao Feng decidió al final no presentar propuestas para el “Suministro de Material Rodante y Sistemas Ferroviarios el Tren Maya”, porque considera que las bases favorecen claramente a Alston y a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).

“Sin duda Fonatur se perdió de una gran oferta y de un gran consorcio”, nos cuentan los chinos.

Y nosotros les recordamos que no sería la primera vez que esto pasa. Seguramente Estados Unidos, como sufre Huawei en la región, no los dejará hacer negocios tan fácilmente. Y menos si prometen construir una base de operaciones para toda América Latina aquí.