La primera llamada que recibió Carlos le dio cierta tranquilidad. “Estoy bien, los bombardeos ya cesaron, por ahora”, le dijo su hermano Jasiel, quien se encontraba en Israel cuando la organización Hamas atacó. “Tal vez pueda regresar a México en el siguiente avión”, fue lo último que Jasiel dijo al concluir la llamada. Carlos es un migrante mexicano que trabaja en un hotel de New York y no deja de ver horrorizado en las pantallas del lobby las imágenes atroces que arroja este conflicto armado, deseando que su hermano no llegue a ser una de las víctimas. Jasiel se encontraba de vacaciones en Israel, como un premio que su hermano Carlos le dio por graduarse de abogado en su natal Michoacán. De pronto, en el televisor aparece el presidente Joe Biden, hablando de la posible intervención de Estados Unidos en este conflicto. Carlos se pregunta, de estos posibles “héroes estadounidenses”, como les llama Biden, que pronto marcharán a Israel, ¿cuántos tendrán apellidos García, Rodríguez, Rivera, Díaz o González, como él mismo?
Al conocer la historia de Carlos, recordé un spot televisivo del entonces candidato republicano a la presidencia, John McCain. En el spot, John recorría un cementerio de héroes de guerra y, para sorpresa de muchos, en gran parte de las lápidas se leían apellidos latinos que correspondían a migrantes que pusieron su pecho a las balas en algún conflicto armado en el que participó Estados Unidos. Este spot nos hace reflexionar: los migrantes no sólo combaten día a día su propia guerra contra la discriminación, la falta de una Reforma Migratoria, venciendo en el mejor de los casos a las adversidades laborales y, por si fuera poco, sobreviviendo desde hace tres años a los estragos ocasionados por la pandemia de Covid-19.
En un artículo que escribí hace tiempo, cuando era Secretario del Migrante y Enlace Internacional del Estado de Guanajuato, hablé de algunos casos muy notables de la gallardía migrante que ha defendido los intereses de los Estados Unidos en conflictos bélicos. Por ejemplo, Macario García, veterano de la Segunda Guerra Mundial, quien ganó un lugar honorífico en el arraigado “patriotismo” del vecino del norte y por lo que su nombre fue escrito con letras de oro en una de esas lápidas de honor. Macario fue el primer inmigrante mexicano que recibió, en 1945, la Medalla de Honor, (máxima condecoración militar que entrega el gobierno de los Estados Unidos), de manos del presidente Harry S. Truman. Desafortunadamente, no todos los latinos que han luchado por el país de las barras y las estrellas han corrido con la misma suerte y hoy siguen en el anonimato.
Al ver los ataques terroristas contra Israel, muchos líderes migrantes y agrupaciones, como la League of United Latin American Citizens, se preguntan: ¿debemos preocuparnos por luchar por y con Estados Unidos, un país para el que legalmente no existimos? En la historia de los conflictos bélicos en los que ha intervenido Estados Unidos, la participación de los latinos ha sido numerosa. En el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial registran que aproximadamente 500 mil hispanos prestaron servicio en las Fuerzas Armadas durante este combate. Por su parte, instituciones como la Latino Advocates for Education reportan que en la Guerra de Corea acudieron más de 180 mil soldados latinos, de los cuales al menos 100 mil eran de origen mexicano. En la actualidad, de acuerdo con el reporte sobre diversidad e inclusión emitido por el Departamento de Defensa, del total de miembros activos en las filas militares, el 19% son latinos (siendo esta minoría la de mayor crecimiento en los últimos años).
Mientras la guerra entre Israel y Palestina escala y los migrantes en Estados Unidos siguen a la expectativa, en México hay sentimientos encontrados. Por una parte, el oficialismo de nuestro gobierno federal da una narrativa poco empática. Ante las declaraciones poco empáticas del presidente López Obrador, la embajadora de Israel en México, Kranz Neiger, dijo que “no tomar un lado en este caso es apoyar al terrorismo". En contraparte, la coordinadora del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, dejó ver su reprobación al ataque terrorista y su solidaridad con las familias de los mexicanos que fueron tomados como rehenes en Gaza. “El gobierno tiene que hacer lo necesario para que estén a salvo y brindar plena seguridad a todos nuestros compatriotas que se encuentran varados”, publicó Xóchitl en sus redes sociales. Además, invitó a la candidata de Morena a que juntas condenaran los ataques de Hamás y solidarizarse con la comunidad judía internacional, con los pueblos israelí y palestino, ya que ambos son víctimas del terror. “Lamento que aún no te hayas pronunciado, ni siquiera sobre los mexicanos que son rehenes de esta organización terrorista. ¿Será que no te han dado permiso?”, cuestionó Xóchitl a Claudia.
En los noticieros la información sobre el conflicto armado va y viene, al mismo tiempo que la indignación crece. Carlos terminó su turno de trabajo en el hotel de New York y se sienta a descansar en el lobby. No deja de ver las pantallas, esperando que el conductor hable de más mexicanos que fueron repatriados a México. Pero Carlos observa aún más atento, ya que Biden vuelve a salir a cuadro, ¿será que anunciará una intervención en la que los latinos tengan que vestirse de héroes? Carlos todavía no tiene noticias de que Jasiel esté a salvo.
Y tú, ¿qué opinas?
Coordinador Nacional de Acción Migrante del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional
Facebook @juanhernandez.org
Twitter @JuanHernadezS