/ viernes 5 de agosto de 2022

Antena | Modelo de comunicación política, ya no sirve

El día de ayer, durante el Parlamento abierto en la Cámara de Diputados se abordó uno de los temas torales ante una posible reforma electoral: comunicación, plataformas digitales y redes sociales. Lo anterior, es así porque está en juego las libertades de expresión y de prensa.

Hoy en día, el ejercicio de las citadas libertades está amenazado en el ámbito electoral, por un modelo de comunicación política impuesto y hecho en lo “oscurito” por una mayoría parlamentaria que ignorantes de la operatividad y el futuro tecnológico de los medios de comunicación, llegamos 15 años después, a un modelo agotado y que criminaliza -en particular- a la radio y televisión.

Lo anterior queda de manifiesto con procedimientos sancionadores que surgen de denuncias frívolas que por la lucha entre partidos o de partidos contra servidores públicos y la falta de pericia del Instituto Nacional Electoral (que está facultado a desecharlas), proceden a provocar un acto de molestia a la radiodifusión, que, por hacer su labor de cobertura informativa, tiene que litigar para defender su ejercicio periodístico.

Pero no para ahí, la tortura burocrática judicial, concluye sancionando a la radio y televisión pública y privada, y cuando se trata de servidores públicos, solamente le dan vista a los órganos internos de control, los que naturalmente archivan las resoluciones del Tribunal Electoral.

Esto sólo es un ejemplo, el punto está en la sobrerregulación hacia la radio y televisión, no existe un piso parejo, con las redes sociales, la televisión de paga, o el internet (streaming, ott´s o la televisión por internet), donde existe un vacío legal, de ahí la insistencia que se regulen o desregular a la radiodifusión.

Los tiempos que se viven ya no son para suspender la propaganda partidista ni la propaganda gubernamental en la llamada “veda electoral” (cuatro días previos a la elección y el día de la votación) resulta totalmente retrograda y absurdo; ni mucho menos -aunque no sean vinculatorios- lineamientos para noticieros, cuando en las redes sociales el día de la jornada electoral existe promoción y no evalúan si son positivas, negativas o neutras esas publicaciones, pese a que el Tribunal Electoral ha sancionado a deportistas, artistas e influencers.

Ante este marco, la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, a través de su Presidente, José Antonio García Herrera realizó un planteamiento objetivo sobre lo disparejo en la regulación, la carga regulatoria al sector y sobre todo, realista ante la posibilidad de que no exista reforma, si hay rigidez entre los partidos.

El proceso electoral 2024 ya está en curso y lo más seguro es que se regule con el marco actual, la batalla ya la estamos viendo (sucia y aberrante) y la discusión legislativa lo demostrará.

El día de ayer, durante el Parlamento abierto en la Cámara de Diputados se abordó uno de los temas torales ante una posible reforma electoral: comunicación, plataformas digitales y redes sociales. Lo anterior, es así porque está en juego las libertades de expresión y de prensa.

Hoy en día, el ejercicio de las citadas libertades está amenazado en el ámbito electoral, por un modelo de comunicación política impuesto y hecho en lo “oscurito” por una mayoría parlamentaria que ignorantes de la operatividad y el futuro tecnológico de los medios de comunicación, llegamos 15 años después, a un modelo agotado y que criminaliza -en particular- a la radio y televisión.

Lo anterior queda de manifiesto con procedimientos sancionadores que surgen de denuncias frívolas que por la lucha entre partidos o de partidos contra servidores públicos y la falta de pericia del Instituto Nacional Electoral (que está facultado a desecharlas), proceden a provocar un acto de molestia a la radiodifusión, que, por hacer su labor de cobertura informativa, tiene que litigar para defender su ejercicio periodístico.

Pero no para ahí, la tortura burocrática judicial, concluye sancionando a la radio y televisión pública y privada, y cuando se trata de servidores públicos, solamente le dan vista a los órganos internos de control, los que naturalmente archivan las resoluciones del Tribunal Electoral.

Esto sólo es un ejemplo, el punto está en la sobrerregulación hacia la radio y televisión, no existe un piso parejo, con las redes sociales, la televisión de paga, o el internet (streaming, ott´s o la televisión por internet), donde existe un vacío legal, de ahí la insistencia que se regulen o desregular a la radiodifusión.

Los tiempos que se viven ya no son para suspender la propaganda partidista ni la propaganda gubernamental en la llamada “veda electoral” (cuatro días previos a la elección y el día de la votación) resulta totalmente retrograda y absurdo; ni mucho menos -aunque no sean vinculatorios- lineamientos para noticieros, cuando en las redes sociales el día de la jornada electoral existe promoción y no evalúan si son positivas, negativas o neutras esas publicaciones, pese a que el Tribunal Electoral ha sancionado a deportistas, artistas e influencers.

Ante este marco, la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, a través de su Presidente, José Antonio García Herrera realizó un planteamiento objetivo sobre lo disparejo en la regulación, la carga regulatoria al sector y sobre todo, realista ante la posibilidad de que no exista reforma, si hay rigidez entre los partidos.

El proceso electoral 2024 ya está en curso y lo más seguro es que se regule con el marco actual, la batalla ya la estamos viendo (sucia y aberrante) y la discusión legislativa lo demostrará.