/ jueves 16 de septiembre de 2021

Aguas Profundas | Crisis en el sindicato petrolero

La crisis que se está gestando en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) que está en manos del jubilado, retirado e intocable Carlos Romero Deschamps es de seguridad nacional y puede paralizar el 80% de las operaciones de Petróleos Mexicanos.

Conste, la gestión de las 36 secciones locales que conforman al STPRM se acaba en el primer segundo del 1 de octubre y en estas secciones se tiene a 92 mil trabajadores que están repartidos en todas las áreas de Pemex.

Resulta que todos los liderazgos sindicales locales, todos, se vencen en este mes con el fin de la prórroga otorgada al sindicato petrolero por parte de la Secretaría del Trabajo. El líder interino tras la salida de Romero Deschamps es Manuel Limón Hernández, pero éste quedó muy tocado de su sistema respiratorio por el Covid-19, nos dicen que tiene un pulmón muy dañado y el otro está apenas bien.

La mayoría del CEN del STPRM no lo ve regresando a tomar las riendas del sindicato. Hoy en día las decisiones se toman a distancia, por teléfono, las secciones locales operan solas y no resuelven ni las dudas. Los trabajadores no han sido convocados a elegir nuevos secretarios generales, pero lo pueden hacer sin convocatoria de por medio.

Es importante hacer notar que ante la ausencia por enfermedad de Manuel Limón, entonces se queda el interino del interino: Fernando Navarrete, presidente del Consejo de Vigilancia del sindicato petrolero, le guste o no a los trabajadores y está en sus manos, no en las del gobierno, convocar a elecciones generales desde el CEN.

Sin embargo, si hay cambios en la mayoría de las secciones locales del STPRM se puede iniciar un proceso de asamblea nacional. Al menos esa es la apuesta del tabasqueño, Luis Eduardo Segura Cué; mejor conocido como Eddy Cué, que lleva construyendo una opción diferente ala de Romero Deschamps y Ricardo Aldana, de quienes se asume adversarios, pero no en un plan de disidencia sindical.

La dirigencia del sindicato petrolero no quiere que se realicen ahora elecciones sindicales para que el mismo grupo político mantenga el poder. Limón y Navarrete son interinos y su fuerza es sólo administrativa, por eso Eddy Cué quiere que se movilicen los trabajadores en cada sección y así actuar independientemente del CEN del STPRM y a su cuerpo de gobierno.

La prórroga para postergar las elecciones en las secciones locales se vence y los trabajadores se van a quedar sin representantes legales, ellos pueden convocar directamente a sus liderazgos locales y luego juntarse en una gran asamblea nacional para tener un nuevo secretario general.

Y este escenario es justo el que los viejos líderes petroleros no quieren que se ponga en marcha porque va en detrimento del actual grupo político que controla el STPRM. Ya hay varios grupos que le son adversos a Romero Deschamps y su pandilla; esos grupos están trabajando ya de manera organizada para sacudirse a los incondicionales de Romero Deschamps; éstos no se van a quedar con las manos atadas, están buscando también sus propios caminos.

El fin de la prórroga será implacable para la dirigencia actual, acéfala dos veces, y que enfrenta un cambio generacional muy fuerte.

La crisis que se está gestando en el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) que está en manos del jubilado, retirado e intocable Carlos Romero Deschamps es de seguridad nacional y puede paralizar el 80% de las operaciones de Petróleos Mexicanos.

Conste, la gestión de las 36 secciones locales que conforman al STPRM se acaba en el primer segundo del 1 de octubre y en estas secciones se tiene a 92 mil trabajadores que están repartidos en todas las áreas de Pemex.

Resulta que todos los liderazgos sindicales locales, todos, se vencen en este mes con el fin de la prórroga otorgada al sindicato petrolero por parte de la Secretaría del Trabajo. El líder interino tras la salida de Romero Deschamps es Manuel Limón Hernández, pero éste quedó muy tocado de su sistema respiratorio por el Covid-19, nos dicen que tiene un pulmón muy dañado y el otro está apenas bien.

La mayoría del CEN del STPRM no lo ve regresando a tomar las riendas del sindicato. Hoy en día las decisiones se toman a distancia, por teléfono, las secciones locales operan solas y no resuelven ni las dudas. Los trabajadores no han sido convocados a elegir nuevos secretarios generales, pero lo pueden hacer sin convocatoria de por medio.

Es importante hacer notar que ante la ausencia por enfermedad de Manuel Limón, entonces se queda el interino del interino: Fernando Navarrete, presidente del Consejo de Vigilancia del sindicato petrolero, le guste o no a los trabajadores y está en sus manos, no en las del gobierno, convocar a elecciones generales desde el CEN.

Sin embargo, si hay cambios en la mayoría de las secciones locales del STPRM se puede iniciar un proceso de asamblea nacional. Al menos esa es la apuesta del tabasqueño, Luis Eduardo Segura Cué; mejor conocido como Eddy Cué, que lleva construyendo una opción diferente ala de Romero Deschamps y Ricardo Aldana, de quienes se asume adversarios, pero no en un plan de disidencia sindical.

La dirigencia del sindicato petrolero no quiere que se realicen ahora elecciones sindicales para que el mismo grupo político mantenga el poder. Limón y Navarrete son interinos y su fuerza es sólo administrativa, por eso Eddy Cué quiere que se movilicen los trabajadores en cada sección y así actuar independientemente del CEN del STPRM y a su cuerpo de gobierno.

La prórroga para postergar las elecciones en las secciones locales se vence y los trabajadores se van a quedar sin representantes legales, ellos pueden convocar directamente a sus liderazgos locales y luego juntarse en una gran asamblea nacional para tener un nuevo secretario general.

Y este escenario es justo el que los viejos líderes petroleros no quieren que se ponga en marcha porque va en detrimento del actual grupo político que controla el STPRM. Ya hay varios grupos que le son adversos a Romero Deschamps y su pandilla; esos grupos están trabajando ya de manera organizada para sacudirse a los incondicionales de Romero Deschamps; éstos no se van a quedar con las manos atadas, están buscando también sus propios caminos.

El fin de la prórroga será implacable para la dirigencia actual, acéfala dos veces, y que enfrenta un cambio generacional muy fuerte.